Sus organizadores lo presentaron como “un mosaico social de nuestro talento y de la diversidad” comprometida con causas sociales. Y fue tal cual, anoche en el Bilbao Arena, donde El Langui, Bulego, Maren, M. Urdangarin y Xabi Aburruzaga, entre otros, se rodearon de casi 3.000 músicos y coralistas en el evento inaugural del Fair Saturday, que se celebra hoy. Volvió a ser una noche para el recuerdo en torno a clásicos del pop, la música popular vasca, la ópera y los musicales, con la ausencia de última hora de Lova Lois.

Cultura y empatía social volvieron a darse la mano anoche en Miribilla en un espectáculo que volvió a ser uno de los más multitudinarios y participativos que se celebran en Europa. Desde Euskadi y, eso sí, con la particularidad de su fuerte componente social local, ya que el Banco de Alimentos de Bizkaia, Fundación Síndrome de Down, Sarean, Fundación Vicente Ferrer, VASS San Filippo, Arnasa, Creando Futuro o La Gota de Leche, entre 50 asociaciones, se beneficiaron del evento, cuya infraestructura y su oferta lumínica y sonora se equiparó a propuestas internacionales.

Tras el concierto previo de Pirata Piratobich y sus Rock Kalian, se desplegó el operativo espectacular diseñado por Iñaki Irastorza sobre un enorme escenario reforzado con casi 2.7000 focos, 15 pantallas led con creaciones visuales específicas según la canción y un sonido prístino y contundente que deslumbró a las 6.000 personas repartidas en pista –sentadas en cómodas sillas– y graderíos.

Mikel Urdangarin versionó a Leonard Cohen. Oskar González

Las pulseras de colores estrenadas en Ura Bere Bidean se activaron desde el inicio de una gala presentada por Julian Iantzi y Nerea Garmendia, cuando sonó el pasaje orquestal de Olympic Fanfare, de J. Williams, al que siguió Carmina Burana, de K. Off. Desde entonces, la emoción embargó al público a lo largo de dos horas de un recital marcado por la diversidad estilística y el relevo constante de los artistas, que tuvieron siempre la cobertura de los maestros de la Banda de Música de Bilbao –dirigida por J.R. Pascual Villafranca– y de los coralistas situados en la trasera y ambos flancos del escenario, 44 pertenecientes a corales de adultos, con la Sociedad Coral frente, y otros 1.500 procedentes de 29 centros educativos,

Folk, ópera y rap

Miribilla se empapó de estilos diversos y de una emoción única pero compartida desde que el tenor navarro Igor Peral lideró el mítico Nessun Dorma, aria del Turandot de Puccini, hasta que sonó All You Need Is Love en la clausura. La masa coral, especialmente la infantil, cobró protagonismo en un We Are the World que –ahí llegó la sorpresa de la velada– no cantó la vizcaina Lova Lois. El azúcar y buenrollismo del tema dio paso al sorpresivo Mikel Urdangarin –no había sido anunciado–, que rindió pleitesía al Hallelujah de Cohen, en euskera, tal y como ya había hecho en disco.

La dulce Maren, presentada como “la Julia Andrews de Gallarta”, olvidó su repertorio propio y prestó su voz, subrayada por palmas, a dos composiciones de musicales inolvidables, el Tomorrow de Annie y Do Re Mi, de Sonrisas y Lágrimas. La música popular –vasca e italiana– logró algunos de los momentos más emocionantes de la velada en la interpretación de Txoria txori, a cargo de Afrika Bibang; Axuri beltza , reforzada por el Ballet Olaeta, y el militante Bella Ciao, reconvertido en himno de estadio tras su éxito en la serie La casa de papel, mecido por la triki vertiginosa y virtuosa de Xabi Aburruzaga y que que coreado por los asistentes hasta la ronquera.

Tom Bulego calentó la voz y al público con Kantu bat, y se lo comió, especialmente a los más jóvenes, con Gure izarrak y Bueltan da. Antes sonaron clásicos del repertorio de USA del siglo XX como Everybody Needs Somebody To Love, con un Pirata sosías de John Belushi, Star and Stripes, Somewhere in my Memory ... Y Peral regresó y embaucó al público con Singing in the Rain, el operístico Funiculi Funicula y el exótico Brazil.

En la recta final, El Langui mantuvo el rapeado de Se buscan valientes en un bonito duelo con las voces blancas de los coros que dejó en el aire esa necesidad de enfrentarse al bullying. Todavía resonaba en Miribilla el verso “no le tengas miedo al malo… la fuerza del valiente está en el corazón”, cuando la música popular vasca ofreció el testigo al pop de Lau teilatu.

Después, el navarro Serafín Zubiri emocionó con su tributo a Nino Bravo y su Libre. y Pirata cerró con Happy Xmas y All You Need is Love. Eso es lo que necesitamos: amor, música y compromiso.