Reina del pop durante más de tres décadas y solo superada en los últimos años por Beyonce y Taylor Swift, Madonna celebra estos días el 40º aniversario de la publicación de su debut homónimo, un álbum que aupado sobre la música bailable, entre los sonidos disco, funk y pop de canciones como Holiday, la convirtió en una estrella mundial. El cumpleaños se celebra con reediciones de su obra y el anuncio del mantenimiento de su gira europea tras su incidente de salud, incluidos sus dos conciertos de octubre en Barcelona.

“Es la artista idónea, pues su repertorio de habilidades es completo: canta, baila, actúa y tiene una imagen fabulosa”. Así se refería a ella Michael Rosenblatt, director de A&R de la compañía discográfica Sire Records, quien le dio la primera oportunidad a Madonna Louise Ciccione, para grabar su debut tras el éxito en clubs de baile de su primera canción, Everybody. El álbum, que llevaba el nombre de la cantante y que vendió algo más de 10 millones de copias en todo el mundo, se publicó el 14 de julio de 1983, según Warner Spain, aunque otras fuentes citan como fecha oficial el día 27.

 A punto de cumplir 65 años, alejada ya de los gustos musicales de los milenials y con su corona del pop arrebatada por Beyoncé y Taylor Swift, esta abuela adicta al gimnasio y el quirófano dio sus primeros pasos con un disco, titulado Madonna, que hace 40 años fue el inicio de una carrera que revolucionó el mundo del pop comercial y masivo en las siguientes décadas con una capacidad de adaptación al entorno y los estilos –de la electrónica al country, la disco music, el pop, el hip hop, los sonidos étnicos y latinos y hasta el reggetón recientemente– solo comparable a la de David Bowie. Salvando las distancias artísticas, claro.

El comienzo

Madonna, que ha colaborado en su carrera con Nicki Minaj, Nas, Kanye West, William Orbit, Felix Da Housecat o Antonio Banderas, se apoyó en John ‘Jellybean’ Benítez y Stephen Bray para sacar adelante su primer álbum tras tocar la batería en el grupo Breakfast Club. Ellos rodearon a aquella joven ambiciosa y teñida de rubio, de la tecnología del momento –producción sintética y vanguardista, cajas de ritmos, bajos Moog Taurus, sintetizador Oberheim OB–X– en una primera entrega que superó los 10 millones de copias como paso previo a Like a Virgin –con Material Girl al frente–, una continuidad que no hizo sino consolidar su estatus de estrella vendedora.

 El álbum, que se reeditó con algunos cambios en 1985 con el título de Madonna: The First Album, salta de su primer single, testado en clubs de baile previamente, a su éxito internacional Holiday, siempre en una simbiosis planificada de música disco, de tempo marcado y alto, con evidentes ecos funk a lo Chich y la inmediatez del pop comercial más fresco y melódico. Canciones despreocupadas centradas en el amor y las relaciones, y que proponen baile, celebración y sexo, con ejemplos evidentes como Lucky Star, con sus guitarras rockeras, Burning Up o Think of Me.

Reedición y gira mundial

El 40º aniversario de este debut coincide con una nueva publicación de su disco Finally Enough Love, editado el año pasado y que recopila cincuenta remezclas dance número uno de sus temas más característicos y bailables. El viaje musical parte de Holiday (1983) hasta I Don´t Search I Find (2019). La edición actual, subtitulada Rainbow, contiene seis vinilos coloreados con las tonalidades del arco iris y se publica en todas las tiendas tras una distribución inicial limitada el año pasado en vinilos de color negro y rojo.

 Además, Madonna está de actualidad en 2023 porque había anunciado una gira que la devolvería a la carretera –muchos creen que como despedida definitiva– tras una ausencia de cuatro años. Lamentablemente, una infección bacteriana que llegó incluso a hacer temer por su vida ha obligado a retrasar el inicio de estos conciertos. De momento, se ha cancelado la primera parte, la de sus recitales en Estados Unidos y Canadá, pero se mantienen los europeos, que se celebrarán en el último trimestre del año, un total de 24, dos de ellos estatales, en Barcelona, los días 1 y 2 de noviembre.