El cantante Kurt Elling, que actuará este jueves en Muxikebarri, en la 46.ª edición del Festival de Jazz de Getxo, es, además de uno de los vocalistas más representativos del género de las últimas décadas, un todoterreno. Le das un micrófono y es capaz de liderar una orquesta como la BOS, juguetear con ritmos funk, rescatar estándares del jazz, versionar a U2 o Dylan, y viajar a los sonidos afrocubanos con Danilo Pérez, por ejemplo. “Pienso en mí como un buen cantante que a veces escribe óptimas letras y, sobre todo, que escucha e intenta aprender de los grandes como Jon Hendricks, Sara Vaughan o Frank Sinatra”, explicó a DEIA.

Kurt (1967, Chicago) actuará hoy en la segunda jornada de Getxo Jazz 2023, después de The Ritual, formación que sustituye a última hora a Víctor Carrascosa Quartet, uno de los finalistas del Concurso de Grupos, que saltará al escenario las 21.00 horas. Las entradas cuestan 18 euros. El programa del jueves se completará con el recital gratuito de Muriel Grossmann Quartet, dentro de la sección Tercer Milenio, que se desarrolla en la plaza Estación de Algorta, desde las 19.00 horas.

Popularmente reconocido por su singular combinación de swing enérgico y perspicacia poética, Elling se ha labrado un lugar entre los cantantes de jazz más relevantes de la escena internacional en el último cuarto de siglo. “Es un veterano, un gran nombre en el espectro del jazz reciente”, explica el director del festival, Iñaki Saitua sobre este vocalista poseedor de un cálido y rico tono de barítono y de dos Premios Grammy, tres galardones Prix du Jazz Vocal (Francia) y dos premios Echo.

Elling, que ha actuado junto a múltiples orquestas internacionales e instrumentistas reputados como Branford Marsalis, Danilo Pérez, Stefon Harris o James Morrison, es un músico voraz que desde su última visita a Bizkaia para actuar con la BOS ha publicado casi un disco por año, de Passion World a The Questions y su reciente SuperBlue, grabado en comandita con el guitarrista Charlie Hunter, que le acompañará en Getxo Jazz junto a Kenny Banks Jr. (teclados) y Marcus Finnie (batería).

Cosa de familia

Como los cantantes afroamericanos, Elling se curtió en los coros de iglesia en su niñez y juventud. “Mi padre tocaba el órgano y era director de coros, lo que acabó influyendo a toda la familia. Mis hermanos tocaban el cello y el piano, y mi hermana, el arpa. Yo me atreví con el violín, pero lo tocaba fatal. Sonaba como un lamento, pero el que lloraba era yo”, indicó a este diario entre risas. El paso del tiempo le ha llevado al Olimpo del jazz vocal reciente aunque él solo se ve como “un buen cantante que a veces escribe óptimas letras y, sobre todo, como alguien que escucha e intenta aprender de los grandes, de gente como Jon Hendricks, Sara Vaughan, Frank Sinatra y Joe Williams”.

“Si siempre me tomara en serio cuando dicen que soy el mejor, también debería hacerlo cuando se asegura lo contrario”, responde al ser cuestionado por la crítica musical este cantante que cree en la necesidad del “trabajo, mucho y jodido trabajo”, para convertirse en un artista reputado y que arriba a Getxo después de actuar en varios conciertos con una gran banda, el SC Jazz Masterworks Ensemble.

Defensor de “la adaptación del jazz a la música orquestal”, Elling se considera “un cantante de jazz clásico, pero con una visión abierta”. Por ello, en sus conciertos siempre se alternan los ritmos vivos del swing con baladas estándares del jazz y algunas versiones. “Deseo que me identifiquen con el mundo y la historia del jazz, lo que no implica que no desee que mi trabajo llegue al mayor número de gente posible”, como sucede con Jamie Cullum y el pianista Brad Mehldau , a quienes pone como ejemplos.

La audiencia del jazz

“En los últimos años hay más músicos de jazz que audiencia. Yo trato de que la mejor música que puedo hacer pueda llegar a la mayor gente posible, pero no deseo una audiencia amplia. Eso sí, si tienes suerte, lo que quieres puede convertirse en lo que desea todo el mundo”, apostilla Elling, que ha creado música para teatro y ballets. “Me interesa la belleza. Me hice cantante por las mujeres (bromea). En serio, soy curioso y he tenido la fortuna de conocer diferentes aspectos del arte y a artistas que han pensado que podría participar con ellos al ser un intérprete teatral o participar con mi esposa, que es bailarina. Me gusta aprender, soy ambicioso y busco una vida plena”, concluye.