El granaíno Miguel Cantos, conocido como Saiko, se ha convertido, a sus solo 20 años, en una de las figuras emergentes del actual sonido urbano estatal gracias al éxito de canciones como Sikora, Ódiame, Polaris y la compartida con Quevedo Jordan I, y su gira compartida con el reggeatonero colombiano Feid. El joven andaluz, que ha superado el millón de streamings en Spotify, presenta este sábado sus canciones en Bilbao, en la sala Santana 27, con la colaboración de DEIA. “Solo tengo 20 años, pero detrás de mi boom actual hay mucho trabajo”, explica en esta entrevista. “Aunque sería algo brutal, no sueño con hacer una sesión con Bizarrap”, apostilla.

¿Cómo y cuándo Miguel Cantos pasa a ser Saiko?

Digamos que Miguel siempre ha sido Saiko, en mi caso el artista y la persona son el mismo. En cuanto al nombre me lo puse cuando empecé con las batallas de gallos, siendo un chaval con 13 años, porque mi hermano lo usaba también cuando rapeaba.

Es granaíno, no de América Latina, como piensan algunos ¿verdad?

Obviamente, yo soy de Armilla, un pueblo de Granada, y es de las cosas de las que más orgulloso me siento. De hecho, en todas mis canciones intento meter vocabulario de mi tierra para dejar claro de dónde vengo. Me gusta que mi música se vea natural y por eso canto sobre lo que vivo y lo hago como hablo en mi día a día.

¿Recuerda qué le hizo plantearse convertirse en profesional, alguna canción o artista? ¿Qué relación ha tenido con la música en su niñez y adolescencia?

No fue nada en concreto, desde que descubrí la música supe que era a lo que me quería dedicar. Y lo de hacerlo profesional ha ido surgiendo poco a poco. Respecto a un artista que me haya influido, sin duda sería Dellafuente. Es de mi pueblo y ha sido una gran inspiración.

Con solo 20 años, parece que el éxito le está llegando pronto, pero imagino que empezará a acumular mucho trabajo detrás. ¿Cómo empezó y con qué medios?

Empecé con mi hermano cuando tenía 14 años. La primera canción la grabé en el estudio de Antonio Narváez, y por aquel entonces nos apañábamos como podíamos. Después me compré una tarjeta y un micro muy baratos para ir grabándome yo y a partir de ahí fuimos mejorando el equipo. La gente piensa que esto ha sido un boom de un año pero llevamos mucho trabajo detrás.

Algunas biografías hablan de su pasión inicial por el hip hop de Estados Unidos y el más reciente por el reggaetón.

Escucho de todo, me gusta el trap, el reggaetón y todo tipo de música. Creo que mis canciones están influenciadas por todo lo que escucho, por eso no suenan tan comunes.

Se habla de usted como del artista emergente con más futuro de la escena urbana estatal, pero ha superado ya el millón de streamings en Spotify. ¿Cree que lo ha logrado?

Pienso que estoy en un buen momento y que hay muchos ojos puestos en mí. Es algo evidente, pero no pienso que haya logrado aún nada; es más, en este punto en el que estoy creo que es cuando más tengo que trabajar para demostrar que efectivamente tengo mucho que dar y llevar mi movida a otro nivel.

Ver las salas a tope ¿es motivo de orgullo o de presión?

De orgullo, obviamente. Hay mucho trabajo detrás para hacerlo posible y lo primero que piensas cuando subes al escenario y ves a tanta gente es que de dónde ha salido. Hace nada no cobraba por los conciertos y nadie se sabía mis canciones, y ahora ver este cambio tan grande es un orgullo. Por eso tengo que dar lo mejor encima del escenario para agradecer a toda la gente que va a verme el haber hecho esto posible.

¿Cómo se siente más cómodo, con pelotazos urbanos bailables como ‘Sikora’ o con baladas como ‘Ódiame’?

Creo que en los dos casos me siento igual de cómodo. No me siento y digo: voy a hacer algo triste o algo bailable. Al componer me dejo llevar por la vibra del momento, y creo que las mejores canciones salen cuando te dejas llevar. Tengo la suerte de ser alguien versátil y me puedo adaptar a cualquier ritmo.

En ‘Ódiame’ hay cuerdas. ¿Son reales o samplers? Compone y canta, pero cuenta con productor propio, no compra las bases como otros jóvenes artistas urbanos.

Las cuerdas primero las hice yo con un plugin de fl studio y llamamos a una chica que se llama Marta y que está en un grupo de cuerda para que las hiciera real y les diera ese sentimiento. Yo soy productor y compositor también y me gusta ser parte de la idea también de la producción y aportar mi visión aunque luego la termine un profesional.

¿Qué le hace componer un tema, cuál es el proceso y el intercambio con tu productor?

Una mezcla entre diversión y expresar lo que siento en el momento. El proceso depende, no es siempre el mismo: unas veces empiezo yo el beat y lo mando mientras voy escribiendo a la vez, o uso alguno de mis productores de confianza y empiezo a escribir sobre eso.

¿Cómo le ha ido la gira por Latinoamérica abriendo para el colombiano Feid?

Fue una de las mejores experiencias de mi vida. Él tiene un público muy entregado y agradecido ya que aunque no se supiera mis canciones me gritaban y me apoyaban mucho. Y de Feid qué voy a decir… que aparte de ser un artista increíble, él y su equipo son grandes personas que me han tratado como uno más de la familia, tanto a mí como a mi mánager.

Ha colaborado con Lola Indigo y Quevedo. ¿Qué saca de las colaboraciones, las ve como un puente para ampliar audiencias o de disfrute y búsqueda?

Con ambos colaboré porque tengo una gran relación de amistad. A la hora de las colaboraciones no me fijo tanto en que me vayan a sumar a nivel de números sino que haya buena química y nos guste la música de ambos. Si no es así, creo no tiene sentido hacer música juntos.

Imagino que en su escena, la urbana, el sueño será la sesión con Bizarrap.

Como tal, no es uno de mis sueños. Sería algo brutal, no lo voy a negar, pero de momento mis objetivos no pasan por ahí.

Vuelvo a Granada, una ciudad siempre activa y cuna del mejor indie rock con gente como Los Planetas o Lori Meyers, el flamenco con la saga Morente… ¿Les ha seguido, le interesan? ¿Y cómo es la escena urbana actual de la capital, existe más allá de Dellafuente o Lola Indigo?

Sí, claro. Tengo mucha cultura musical gracias a mi familia, que desde pequeño me hacía escuchar todo tipo de música. Respecto a la escena actual obviamente que hay más allá, Yung Beef es de la ciudad también y ha sido muy importante para la escena del trap, como Ayax y Prok, Khaled… Y están Zakyo y Antony Z, nuevos talentos que vienen pisando fuerte como yo.

¿Planes inmediatos? ¿Tiene previsto editar un disco largo, como Quevedo recientemente, o le vale con los singles?

De momento este mes salimos con tres canciones nuevas y llegará más música nueva en los meses próximos. De momento vamos a ir tirando singles y hay un EP previsto también en el que estoy trabajando. Quien sabe si tendremos disco este año.

He leído que le gusta mucho trabajar en el estudio, pero ¿cómo vive los directos últimamente?

Salgo a disfrutar al escenario desde que llegamos de Estados Unidos. Es una pasada ver a tanta gente y la energía tan increíble que hay en los conciertos. Además, tengo la suerte de tener un público súper entregado que se sabe todas las canciones, lo que te hace estar siempre arriba.

¿Qué vamos a encontrar en el bolo de Bilbao?

Un show del Saiko en estado puro. Mis conciertos son una mezcla de emociones, con momentos para emocionarse, otros para saltar, otros donde cantar con el corazón roto… La verdad es que lo vamos a pasar muy bien.