Joan Miró (Barcelona 1893 - Palma de Mallorca 1983) realizaba ya una obra interesante a partir de 1915, durante esta época, le interesaba mucho el fauvismo y el cubismo que había conocido en la galería Marlborough donde había entrado en contacto con artistas de la vanguardia, pero todavía pintaba naturalezas muertas, paisajes yretratos.

Fue a partir de 1920, cuando viajó por primera vez a París cuando su vida y obra cambió radicalmente. “Tuvo tal impacto ese viaje que se quedó incapacitado para pintar durante mucho tiempo. Hasta que volvió a la capital francesa en 1921 y buscó un estudio ayudado por Picasso, al que había conocido anteriormente, al lado del de André Masson, que ocupaba el taller contiguo. A través de él, conoció a muchos poetas y poco después, en 1923 transformó aquel lenguaje del principio, que él denominaba realismo mágico, en sus pinturas oníricas. Fue un cambio radical”, ha explicado Enrique Juncosa, que ha comisariada la exposición 'Joan Miró. La realidad absoluta. París 1920-1945', que se abre mañana al público, inaugurando la programación expositiva de este año en el Guggenheim Bilbao. 

“La obra de Miró ha estado en el museo, fundamentalmente en la colecciones Guggenheim, pero hasta ahora no le habíamos dedicado una monográfica. Esta se centra en su etapa parisina, en unos años muy concretos en su vida y su obra, entre 1920 y 1945”, ha asegurado Juan Ignacio Vidarte, director general del Guggenheim. 

El Guggenheim Bilbao muestra los años fundamentales en la obra de Joan Miró

El Guggenheim Bilbao muestra los años fundamentales en la obra de Joan Miró Oskar González

Recorrido

La exposición comienza con la primera visita a París y acaba con el final de la Segunda Guerra Mundial, después de haber realizado sus Constelaciones, una serie de gran formato sobre fondo blanco que, de alguna manera, consolida su lenguaje de signos. “Es una época que nos parece especialmente interesante en su obra, donde se puede apreciar una evolución de ideas, de creación, de innovaciones formales desarrolladas en el contexto de las primeras vanguardias, con ese estilo tan especial y tan único que rechaza tanto el realismo tradicional como la abstracción pura”, explica Vidarte.

El museo ha reunido más de 80 pinturas prestadas por coleccionistas privados y museos de todos el mundo para esta exposición que recorre esta época clave en la vida y la obra del artista catalán, durante la cual estuvo viajando entre Barcelona, Mont-Roig, París y con posterioridad, Mallorca. En 1924 Miró se enfrentó al arte convencional para buscar su propia identidad. ‘Romperé vuestra guitarra’ fue su grito de separación con los cubistas. “Mi única certeza es que quiero destruir todo lo que existe en pintura”.  

Su etapa parisina fue un momento muy prolífico en su vida, había momentos que pintaba mucho, otros menosEn los años veinte, sus obras se refieren al mundo de los sueños, a las visiones... Miró contaba que pintaba las alucinaciones que le provocaban las largas temporadas de ayuno. En la década de los 30, su trabajo se convirtió en más expresionista, sus personajes son más monstruosos...”

En el museo, también se pueden ver algunas de sus Constelaciones, una serie de pequeñas obras sobre papel (23 en total), con signos que representan astros, pájaros y mujeres conformando un cosmos, que Miró empezó a crear en el año 40 y 41 en Normandía, donde estaba trabajando en un mural para una arquitecto americano que era amigo suyo, y otras las terminó ya en Mallorca. Son ya más parecidas a las que luego le proporcionarían un sello personal y reconocible y ·que son las que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en Miró”.

Posteriormente estuvo un tiempo sin pintar, hasta que creó sus personajes y pájaros en la noche, que es la culminación de la exposición que se puede ver en el Guggenheim. “Es curioso que son cuadros de la noche, pero el fondo es blanco. Miró habla de la noche en un sentido metafísico y espiritual”, en palabras del comisario. En estas pinturas, se aprecia también el interés que le despertaba la pintura rupestre y el primitivo. 

Joan Miró. La realidad absoluta París. 1920-1945 se pueden en la sala 105 del Guggenheim Bilbao hasta el 28 de mayo.