París, capital de Francia, se consagró como capital también de las artes con reconocimiento mundial desde finales del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX. De ello dio buena muestra la exposición que bajo el título de París: capital de las artes, 1900-1968 abarcó la producción artística de este periodo. La muestra, que pudo contemplarse en las salas del Guggenheim Bilbao desde el 28 de mayo hasta el 3 de septiembre de 2002, reunió más de 250 obras de 150 artistas de la talla de Brancusi, Duchamp…

La colección expuesta mostró cómo París se convirtió en punto de encuentro de grandes artistas del panorama mundial

No en vano, la bella ciudad gala se convirtió en un punto de encuentro de relevantes artistas del panorama mundial en la citada época. De hecho, figuras del relieve de Van Gogh, Paul Cézanne o Henri Matisse, por ejemplo, vivieron en la ciudad durante un tiempo. Cuna de artistas emergentes y trampolín de otros ya consolidados, unos y otros se dejaron empapar de la atmósfera bohemio que destilaba la capital parisina.

Allí, unida a su belleza y al ambiente romántico que se respiraba, la cultura brotaba de los emblemáticos cafés de la ciudad y sus círculos sociales eran fuente de inspiración artística, además de puerta abierta a la comercialización de las obras de arte.

La exposición ‘París: capital de las artes, 1900-1968’ DEIA

HISTORIA, POLÍTICA Y CULTURA

Esta muestra, que puso el acento francés al museo, presentó en sus cuatro secciones un extenso análisis de los movimientos y temas más importantes que emergieron en esta ciudad gala desde comienzos del siglo XX hasta 1968, una época plagada de acontecimientos históricos y políticos. París: capital de las artes, 1900-1968 recorre la trayectoria más relevante de la pintura y escultura en esas siete décadas.

La producción artística se concentró en Montmartre, Montparnasse, los cafés de Saint- Germain-Des-Présy el Barrio Latino

Cronológicamente, la actividad artística se centró y concentró en cuatro distritos de París. En este sentido, desde 1900 hasta aproximadamente el final de la I Guerra Mundial, Montmartre era el corazón de la vanguardia. En la década de 1920 y 1930, Montparnasse jugó un doble papel, por ser centro de los artistas bohemios y por su brillante vida social.

El protagonismo pasó a los cafés de Saint-Germain-des-Prés durante los austeros años de la guerra. Y ya los años sesenta, años de experimentación y compromiso político en las artes, llevaron al Barrio Latino los acontecimientos de 1968.

En base a ello, la exposición propuso un original recorrido por París de la mano de artistas tan renombrados como Pablo Picasso, Robert Delaunay, Marcel Duchamp, Fernand Léger, Constantin Brancusi, Jean Dubuffet, Yves Klein o Niki de Saint Phalle. Entre otros muchos, ellos dieron brillo a una muestra compuesta a base de grandes nombres que han hecho historia en la pintura y la escultura.

Prueba de su éxito entre el público, el museo abrió sus puertas incluso el día tradicional de cierre antes de despedir esta muestra dedicada al París más artístico.

La muestra presentó en cuatro secciones un extenso análisis de los movimientos y temas más importantes que emergieron en París desde comienzos del siglo XX hasta 1968 DEIA

Últimas obras de Henri Matisse

Técnica del ‘découpage’. Henri Matisse también vistió con su arte las paredes del Museo Guggenheim Bilbao del 2 de octubre de 2002 al 3 de febrero del siguiente año. Gracias a la especial colaboración con la Fondation Beyeler, presentó tres destacadas obras del que fuera uno de los grandes creadores del siglo XX. Se trata de ‘Interior con helecho negro’, en la que rompe con la perspectiva de los colores; ‘Oceanía, el cielo’ y ‘Oceanía, la mar’, inspiradas en la flora y la fauna de Tahití y realizadas con la técnica del ‘découpage’ (papeles recortados), pegando directamente sobre las paredes formas de hojas, algas, flores, aves y peces. Todas ellas, realizadas por el artista cuando contaba casi 80 años de edad y su estado físico era ya muy precario, figuran entre sus últimas obras.