25 años después de su apertura, el éxito del Museo Guggenheim Bilbao es incontestable. No sólo para la Villa, recolocada de manera magistral en un mapa mundial que hoy se mueve en unos parámetros de globalización impensables en 1997. Junto con Bilbao, Bizkaia y Euskadi por extensión también se han beneficiado del brillo plateado de la majestuosa pinacoteca con datos que hablan por sí solos en cuanto al tractor económico, cultural y social en el que hoy se ha convertido. Números que no pasa por alto anualmente su Patronato en el balance de cada año con el correspondiente agradecimiento a la sociedad por su incondicional fidelidad, inclusive pandemia mediante.

Y hoy, 9.125 atardeceres después, parece de obligado cumplimiento devolver ese agradecimiento a quienes se atrevieron entonces a romper esquemas y apostar por un proyecto que ha cumplido con creces las expectativas con las que nació. Sin ese paso valiente, Bilbao hoy no sería la misma Bilbao. Ni tampoco lo serían Bizkaia y/o Euskadi. Unas gracias que también son más que merecidas para el propio Museo, por permanecer junto a nosotros y nosotras a pesar de las crisis y los avatares.

Guggenheim Bilbao ha escogido para conmemorar su aniversario el lema El arte inspira futuro. Qué premonitoria podría haber sido la misma frase hace 25 años. Porque, sin saberlo, el arte ha creado desde entonces nuestro futuro y no cabe duda de que, ahora sí ya convencidos y convencidas visto el resultado, nuestro futuro se inspirará en su arte. Mila esker denagatik Guggenheim Bilbao. Gu ere gara Gu (ggenheim).