La tan ansiada normalidad vuelve a encontrar un espacio en el mercado del arte, según corroboran los participantes en la 41 edición de ARCO. La feria madrileña echa el cierre con buenas ventas para las galerías y un total de 75.000 visitantes durante las cinco jornadas en las que 185 galerías de 30 países han mostrado sus obras. “Estamos contentos por la sensación de salir del túnel”, reconoce Ignacio Múgica, uno de los fundadores de la bilbaina Carreras Múgica, única galería vasca que ha participado en la feria. June Crespo, una de las artistas que representan y que este año participará en la Bienal de Venecia, admite haber percibido el “efecto Venecia”, lo que ha animado a más coleccionistas a adquirir obras suyas en ARCO.

En cifras quizás no ha sido tan importante, pero ha sido variado y el interés, repartido”, afirma Ignacio Múgica, quien evidencia que vuelven con un “buen sabor de boca” tras una edición en la que el “optimismo” es compartido con el resto de las galerías. “Hemos tenido bastantes coleccionistas conocidos que han adquirido obras de Juan Pérez o Ángela de la Cruz”, revela el galerista, quien considera que se ha confirmado la tendencia del año pasado, cuando percibieron que había “muchos coleccionistas con interés en retomar sus colecciones”.

Aunque finalmente no han podido cerrar la operación con el Museo Reina Sofía, que mostró su disposición a comprar una de las obras de Xabier Salaberria, el galerista considera que “ya llegará su momento, porque si la obra es buena, siempre llega”. Por contra, la pinacoteca madrileña, que este año ha invertido 370.000 euros en la adquisición de obras en la feria, sí se ha apropiado de la obra Amnistía . “Ha sido una pena porque al final tienen un presupuesto limitado”, considera Múgica, quien no obstante, afirma que “a veces el mercado institucional depende de otra serie de condicionantes”, por lo que les gusta más el mercado de particulares, más fiel “a la realidad”.

En palabras de Ignacio Múgica, la feria es “un gran escaparate” del que parte su trabajo. “Hay mucha información que se envía y mucha gente que quiere visitar nuestra galería porque algún artista le ha interesado”, expone como punto fuerte de ARCO, que aglutina obras de cerca de 2.000 artistas. “Es una borrachera de imágenes que es muy difícil de absorber. En la galería, por contra, la presentación es impecable”, apunta el galerista, quien corrobora que el interés por los artistas vascos es “definitivo”: “No son segundas opciones, los presentan como fundamentales”.

"EFECTO VENECIA"

Muestra de ello es la repercusión que ha tenido la artista June Crespo, cuya obra se ha podido adquirir en Carreras Múgica o en otras galerías como la italiana P420. “He notado más atención sobre mí y sobre Teresa Solar, que somos dos artistas españolas contemporáneas que participamos en la Bienal de Venecia”, afirma Crespo en relación a la exposición internacional que tendrá lugar de abril a noviembre de este año. “Además de ser una entrada económica y un encuentro con el mercado, es un escaparate para muchos comisarios y agentes de arte que pueden conocer tu obra por primera vez”, expone la artista iruindarra, cuyo paso por la feria se ha saldado también con un galardón: el V Premio de Arte Catalina D’Anglade ARCO por la obra Cuando nuestros ojos se tocan (2020), presente en el estand de Carreras Múgica.

En los últimos años, June Crespo, una de las artistas vascas con más proyección, ha participado en ARCO con obras en diferentes galerías en su intento por diversificar. “Todo ha tenido su aceptación. Lo que ocurre con el interés sobre ciertas obras es que va por detrás de donde estás. La gente se interesa por lo que más reconoce”, confiesa la artista, que a menudo percibe un asincronismo entre lo que está produciendo y lo que los coleccionistas compran. “Aunque a veces va a la par. El que está apoyando tu trabajo va adaptándose contigo a lo que descubres”, indica la artista, a la que le gusta retomar caminos antiguos a la vez que explora nuevos terrenos. “Intento no hacer concesiones y mantenerme coherente con mi deseo de hacer lo que quiero”, concluye.