Josean Bengoetxea -uno de los dos protagonistas de la obra- siempre dice que Hernani es el reverso de Maixabel , y seguramente tenga mucho de razón”, cuenta, entre risas, Fernando Erre. Aunque el guionista donostiarra escribió hace ya cinco años la pieza, no será hasta el próximo 20 de este enero en el Teatro Lara de Madrid cuando cobre vida esta “divertida y retorcida” historia entre un exetarra arrepentido y una víctima acogidos a la Vía Nanclares en la que la reconciliación puede quedar oculta por la venganza. “Me gusta buscar el humor a partir de personas que son rehenes de su pasado. Es algo más que hacer comedia de un tema tabú”, asegura.

Hace ya unos cuantos años que Vaya semanita demostró que la buena comedia debe casar con cualquier tema, incluido el conflicto vasco. Aunque Fernando formó parte de ese grupo de guionistas que se atrevieron a hablar de ello con mucho humor cuando nadie lo hacía, el donostiarra confía en que Hernani tenga un poso más allá que el mítico programa y, al igual que lo ha podido hacer la cinta de Icíar Bollaín, sirva para continuar por la senda de la reconciliación. “He tenido la concordia muy presente a la hora de escribirla. El espíritu de mirar al futuro de otra manera y de que tus problemas no los hereden otras generaciones”, explica.

No obstante, las herramientas de su obra teatral poco tienen que ver con las del filme sobre Maixabel Lasa. En Hernani, un exmiembro de la banda armada, “un hombre arrepentido en otra fase completamente distinta al que fue” y al que da vida Josean Bengoetxea, y el hijo de un secuestrado, “un vallisoletano con un retorcido plan detrás” interpretado por Daniel Ortiz, participan en los encuentros restaurativos. Lo que en un principio parece una forma de reconciliación, sin embargo, oculta algo peor detrás: la venganza. Más concretamente, la venganza de una víctima que ha ideado un plan singular y desconcertante que les irá enredando en una escalada de despropósitos.

“Siempre se dice que las víctimas nunca se han vengado y me apetecía darle la vuelta a esa cuestión buscando lo estrambótico. ¿Y si una víctima decide hacerlo? La respuesta es esta obra que da una perspectiva diferente de la realidad”, relata Fernando. Lo hace, además, con dos personajes para los que ha huido de los tópicos y que tienen “su corazoncito” y con un lugar simbólico, el Hernani que da nombre a la obra, que tiene una connotación diferente para cada uno de ellos y que en ninguno de los casos se ajusta a la realidad.

Las posibles polémicas

Dos personajes sin tópicos

“Es una comedia que juega en una fina línea”

El guionista guipuzcoano escribió la pieza sin tener claro qué actores interpretarían a los personajes. Daniel Ortiz había intervenido en algunos de los textos que había realizado y tras ir a verle a una obra que él mismo dirigía, le ofreció el papel. “Ha puesto mucho empeño en que saliera adelante. Creo que su personaje va a desconcertar porque no es lo que podríamos esperar de él. No he querido convertir a la víctima en un típico facha”, asegura.

Josean Bengoetxea, por su parte, se unió al proyecto “desde la diáspora vasca” que vive en Madrid. “Me apetecía mucho trabajar con él. Dota a todos sus personajes de una humanidad tal que le hacía perfecto para el papel”, explica.

Con estos dos actores y la dirección de Juanma Gómez, Hernani se estrenará el próximo 20 de enero en el Teatro Lara de Madrid. “Voy a tener mi particular tamborrada”, ríe el autor, que confía en que las polémicas, tan atractivas para el tema que toca, no se den. “Es algo incontrolable, pero creo que es una comedia que juega en una fina línea sin llegar nunca a ser incorrecta. Aunque nunca sabes cómo se puede interpretar fuera”, indica.

Por ello, Fernando tiene “muchas ganas” de saber cómo acogen los madrileños una propuesta como esta y ver sus reacciones ante un tema que, en muchos casos, han seguido desde la lejanía. Tras el estreno en Madrid, su intención es que la obra viaje a Donostia -“sueño con ir al Teatro Principal”, apunta- y que puedan verla así los donostiarras. Y, ¿quién sabe? Quizá hasta pueda interpretarse en la propia Hernani. “Claro, ¿por qué no? Se trata de mirar adelante y no tener miedo a la comedia. A una comedia que trata de hacer las cosas de otra manera”, concluye.