El cantante y guitarrista David Hono, ataviado siempre con su chupa de cuero negro, protagoniza algunos de los mejores pasajes roqueros paridos en Bizkaia en las dos últimas décadas, primero al frente de Ya Te Digo y ahora con Sonic Trash. El último disco de estos, King Kong party (La Motta), se presenta oficialmente hoy en Bilbao, en Santana 27. “La pandemia puede rematar a Bilbao, antes una ciudad roquera, nocturna y peligrosa”, lamenta.Hono, siempre inconformista, creador sin ataduras estilísticas o mercantiles y garantía de saber estar sobre un escenario, vuelve al frente de Sonic Trash un lustro después de Látigo, su álbum anterior. “¿Mucho tiempo? ¡Sí, el tiempo es un depredador imparable! Ha pasado un poco de todo, algunos cambios en la formación y falta de ideas y ganas”, explica Hono, que recuerda que tampoco han estado en el dique seco, ya que editaron el single Totem, en 2017, y luego giraron con el cantaor Juanjo Navas para recuperar Omega, de Morente.

Sonic Trash ha grabado sus nuevas diez canciones en varios estudios vizcainos, en El Submarino Records, Tio Pete y El Tigre Studios, con el apoyo técnico de Iñigo Escauriaza y Jon Agirrezabalaga, respectivamente, y el de Fermín Etxegoien en la letra de Kalamity, su primera incursión en el euskera, que fue mezclada por el productor de origen vasco Rafa Sardina, en California. El disco, que se ha retrasado por la pandemia, aúna rock, punk, afterpunk y una psicodelia turbia y oscura. Según Hono, que defiende el fuerte componente sexual de su música, él forma parte de “esa gente que hace lo que le sale de la nalga para llegar a un fin”.