El domingo 20 de diciembre de 2020 falleció en Bilbao el presbítero diocesano Miguel Ángel Bergareche Ruiz, a los 78 años de edad. Su funeral tuvo lugar el miércoles en la parroquia de San Agustín de Erandio, presidido por el obispo Administrador diocesano, monseñor Joseba Segura.

Miguel Bergareche nació en Bilbao el 19 de marzo de 1942 y fue ordenado presbítero en la parroquia de San Nicolás, de Algorta, en 1987, a los 45 años, lo que "era considerado una vocación tardía", valoran desde el Obispado de Bilbao.

Hasta entonces había trabajado en la empresa el departamento admintistrativo de Firestone. Jubilado, vivía en la residencia sacerdotal de San Vicente, aunque durante muchos años lo hizo en Algorta. Después de realizar la fase pastoral como seminarista en Zorroza, su primer destino como presbítero fue la comarca de Enkarterri, en la zona de Balmaseda y más tarde, también en La Herrera, Traslaviña y Arcentales.

Con posterioridad, perteneció al equipo presbiteral de San Agustín, de Erandio y Lamiako y en el periodo de 2001 a 2006 formó parte del Consejo Presbiteral. Hasta su jubilación perteneció al equipo que atiende a las parroquias de San Agustín de Alzaga de Erandio y San Lorenzo Mártir de Astrabudua.

Durante la época en Balmaseda convivía con Manu de las Fuentes, Mikel Martínez, Juan María Bautista y Ángel Unanue "fueron años muy grandes de amistad y ayuda sacerdotal, se estaba a gusto con él", explica Unanue quien va más allá: "Miguel era un nombre sencillo, cercano a la gente y ejerció su ministerio presbiteral con este estilo. Conservó sus amistades de Balmaseda, en Lamiako, Erandio. Le gustaba estar con los amigos: tomar su cerveza. A pesar de su neurofibromatosis no tenía ningún complejo".

Unanue recuerda cómo en Almuñécar, donde fueron unos años de vacaciones, en la playa "llamaba la atención su brazo, pero él tan tranquilo". Gozaba también haciendo sus pequeños logros en la cocina y de su afición a la fotografía.

Bergareche también tuvo una estrecha amistad y colaboró con el presbítero Juanjo Rodríguez, fallecido en 2018 y con el que coincidió y trabajó en muchas ocasiones a lo largo de su vida, además de pasar ambos sus últimos días en la Residencia de San Vicente. Rodríguez fue consiliario nacional de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y cofundador de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Precisamente desde el año de su fallecimiento su figura da nombre al Centro de Acogida de Refugiados de CEAR ubicado en la localidad madrileña de Getafe.

Otro de los compañeros presbíteros de Bergareche, Salva García San Emeterio, con el que coincidió en sus años en Erandio y Lamiako, recuerda que Miguel acompañaba fundamentalmente a las catequesis, así como a algunos grupos de liturgia y de adultos. Salva, destaca, sobre todo, su trato amable, humano y cercano a la gente "sencillo y fiel a sus amigos", y que disfrutaba mucho de las reuniones lúdicas en torno a una mesa. En Erandio y Lamiako colaboró con el grupo 'Amigos de los pobres', que se reunían mensualmente, preparaban una pequeña cena y ponían un dinero para ayudar a algún proyecto solidario. También mantuvo una estrecha vinculación con las hermanas de la compasión de las comunidades de Erandio y Lamiako.

Salva también resalta la afición de Miguel a la fotografía "era un buen fotógrafo", aprendió a utilizar algunos programas informáticos y después le gustaba regalar fotografías "de gran calidad" a sus amigos. Muy vinculado a su familia, en especial a su hermana Begoña, siempre que podía iba con ella a Paralacuesta, junto a Medina de Pomar, donde pasaba temporadas.