Con cansancio y arrastrando con un pequeño resfriado. Así ha transcurrido la semana para Mikel Urdangarin, que se muestra ilusionado ante el inicio de la gira de presentación de su último disco, Izurdeen lekua (Zart), en Bilbao. Será con dos conciertos hoy, ya con entradas agotadas, y otro mañana en Euskalduna Jauregia. “Cantar en Euskalduna es una bella responsabilidad”, asegura a DEIA el cantautor.Las entradas para los dos primeros conciertos de Urdangarin volaron “en apenas unos días”, así que el músico y Euskalduna Jauregia han programado un concierto adicional que tendrá lugar mañana, a las 12.00 del mediodía, y que se prevé que reciba público de toda Euskadi al permitirse la movilidad entre territorios históricos por parte de Gobierno vasco. El de Zornotza, que se rodeará de su banda habitual, ofrecerá un recital dividido en dos partes, centrada la primera en la presentación de su nuevo disco y la segunda en el repaso de sus canciones más conocidas.

“Esta semana he acabado los días muy cansado y con un resfriado que espero sea historia para el sábado”, indica Urdangarin, que define como “una bella responsabilidad” actuar en Euskalduna Jauregia. “Cantar ahí conlleva un peso”, resume el cantautor euskaldun, que está feliz por la repercusión lograda con su último disco. “Todos los ejemplares que llevamos a la Azoka de Durango se agotaron, así que estoy muy agradecido por haber recibido ese cariño en tiempos tan duros”, indica.

Urdangarin sabe de la importancia de los conciertos de este fin de semana, ya que van a convertirse “en la presentación oficial” de su último disco, Izurdeen lekua, del que ha ido mostrando “pequeñas pinceladas” en algunos conciertos ofrecidos hasta el momento. “Ahora es la presentación íntegra y la encaro con muchas ganas, ilusión y deseos de acabar fuerte el año y de que la gente se vaya a casa lo más contenta posible. Queremos que quien se acerque pueda disfrutar tanto como lo haremos nosotros”, responde.

amor y muerte

Sin la muerte de su ama no existiría Izurdeen lekua. Sería distinto, igual que si no hubiera descubierto el piano y compuesto estas canciones desde su teclado. Es un álbum que se debate entre el lirismo y la profusión colorista de arreglos y crescendos, y que ofrece un bello repertorio que “celebra la vida y no lamenta la muerte, el dolor ni la pérdida”. Además, se culminó en un tiempo (el confinamiento) en el que “los seres humanos estábamos perdidos”, concluye Urdangarin.