Estados Unidos está ardiendo. La ira de la comunidad, que empieza a no saber de colores de piel tras el asesinato policial de George Floyd, recorre las calles de sus grandes ciudades entre humo, fuego, barricadas, gritos de igualdad y puntuales saqueos a comercios. Este movimiento imparable se alimenta con la banda sonora de multitud de canciones, de todas las épocas y estilos, que claman por la equiparación de derechos y la denuncia de las desigualdades. De clásicos como A change is gonna come, de Sam Cooke, a What's going on, de Marvin Gaye, a piezas de pioneros como Public Image o más recientes, caso de This is America, de Childish Gambino, o el gospel Glory, de la oscarizada película Shelma, interpretada por Common y John Legend.

Vamos a destacar dos canciones que son ya historia por su demanda de igualdad de derechos, cada una de ellas procedentes de estratos sociales, raciales, culturales y musicales casi antagónicos. Del lado blanco, Sprinsteen; del afroamericano, Kendrick Lamar.

'American skin (41 shots)', de Bruce Springsteen

Como ya nos avisó el gran Sprinsgteen hace dos décadas, con motivo del asesinato policial del afroamericano Amadou Diallo, puedes morir en Estados Unidos por el color de tu piel. El joven de ascendencia africana recibió 41 disparos y, a pesar de las declaraciones de los agentes policiales que le abatieron, no llevaba pistola alguna. El músico estadounidense refleja en la canción cómo las personas de color (las no blancas, en general) tienen muchas posibilidades de sufrir acoso policial cuando menos cada vez que salen a la calle debido a ese "velo de criminalidad" con el que son vistos. Incluso, pueden llegar a morir por el simple color de su piel. Resulta estremecedor cómo Bruce resume la preocupación de las madres de los afroamericanos al pedir a sus hijos que siempre sean amables con la policía, que no huyan nunca y que mantengan sus manos siempre a la vista.

El sindicato de la policía de Nueva York y muchos de los seguidores de Springsteen, los más conservadores y relacionados con el Partido Republicano, hicieron boicot al rockero durante un largo tiempo e, incluso, recibieron la canción con protestas y pancartas en algunos de sus conciertos, a partir de su presentación en el Madison Square Garde de Nueva York. Él siguió a lo suyo, con una cada vez más marcada implicación social y política a lo largo de este siglo XXI.

Sobre el tema, que se editó por vez primera en el disco en vivo Live in New York City, el autor de Born to run mostró su extrañeza por las críticas recibidas y aseguró que "es una reflexión sobre lo que significa ser estadounidense en un momento concreto del tiempo". Un momento que, lamentablemente, se viene repitiendo desde hace décadas. "El tema que era más necesario abordar en el cambio de siglo era la cuestión de la raza y cómo nos relacionamos unos con otros", prosiguió. "La respuesta a esa pregunta decidirá mucho sobre cómo la nación en su totalidad finalmente avanza o se hunde", concluyó Springsteen.

Letra traducida

"41 disparos

Y haremos el trayecto

De cruzar este maldito río*

Al otro lado

41 disparos

Acuchillaron la noche

Estás arrodillada junto a su cuerpo en el vestíbulo

Rezando por su vida

¿Es una pistola?, ¿es un cuchillo?

¿Es una cartera?, esta es tu vida

No es ningún secreto

No es ningún secreto

Ningún secreto amigo mío

Puedes ser asesinado sólo por vivir en

Tu piel americana

41 disparos

Lena prepara a su hijo para la escuela

Ella le dice:

En estas calles, Charles

Tienes que entender las reglas

Si un agente de policía te para

Prométeme que siempre serás educado

Y que nunca jamás escaparás

Prométele a mamá que mantendrás tus manos a la vista

¿Es una pistola?, ¿es un cuchillo?

¿Es una cartera?, esta es tu vida

No es ningún secreto

No es ningún secreto

Ningún secreto amigo mío

Puedes ser asesinado sólo por vivir en

Tu piel americana

¿Es una pistola?, ¿es un cuchillo?

¿Es una cartera, ¿está en tus ojos?

No es ningún secreto

No es ningún secreto

No es ningún secreto

41 disparos

Y haremos el trayecto

De cruzar este maldito río*

Al otro lado

41 disparos

Y mis botas embarradas en este lodo

Somos bautizados en estas aguas

Y en la sangre de los otros

¿Es una pistola?, ¿es un cuchillo?

¿Es una cartera?, esta es tu vida

No es ningún secreto

No es ningún secreto

Ningún secreto amigo mío

Puedes ser asesinado sólo por vivir en

Puedes ser asesinado sólo por vivir en

Puedes ser asesinado sólo por vivir en

Tu piel americana"

'Alright', de Kendrick Lamar

Y otra de las canciones que ha cobrado relevancia de nuevo con las manifestaciones de las últimas jornadas es este éxito del rapero Kendrick Lamar, para muchos el número uno de las ritmas en Estados Unidos en la última década gracias, entre otros, al disco en el que estaba incluida Alright, su tercer álbum, que editó en 2015 bajo el título de To pimp a butterfly y hoy, ya con cierta perspectiva, se ha asentado como uno de los mejores álbumes de la música negra de este siglo, retrato perfecto de su país en la era Obama, con la comunidad negra en el punto de mira de la pobreza y la desigualdad.

En ella, Lamar, que era uno de los artistas confirmados para actuar en Kobetamendi en julio, en el Bilbao BBK Live suspendido por el coronavirus, presenta de forma cruda y sin metáforas un panorama desolador para los afroamericanos de Estados Unidos-"el homicidio te mira a la cara" y "quieren matarnos en la calle"-, aunque lo corona con un rap incuestionable con guiños evidentes al jazz y centrado en los buenos deseos, el orgullo racial y la búsqueda de respuestas ante los tiempos difíciles que vive su comunidad.

El productor Pharrell Williams (el de Happy, sí) colabora en la canción, en el mágico estribillo: "negrata, vamos a estar bien, vamos a estar bien". En su parte final, la canción incluye los siguientes versos: "Mantengo la cabeza alta, cruzo mi corazón y espero morir/Amarme es complicado, demasiado miedo, muchos cambios/Estoy bien".... "Noches oscuras en mis oraciones, el resentimiento que se convirtió en una profunda depresión y me encontré gritando en la habitación del hotel/No quería autodestruirme... así que fui corriendo a por respuestas".

Os dejamos el impresionante videoclip del tema, rodado en un resolutivo y necesario blanco y negro, que cabrea y emociona a partes iguales en sus casi seis minutos entre el documental y el neorrealismo. Es la banda sonora perfecta para las manifestaciones actuales.