- Y Julia retó a los dioses, la última novela de Santiago Posteguillo sobre el imperio romano tiene un gran paralelismo con la actualidad en muchos aspectos.

El coronavirus y sus consecuencias dan para contar muchas historias, ¿no se anima?

—Galeno tiene que luchar contra el virus de la viruela en Egipto. Eso es lo que cuento en Y Julia retó a los dioses. Lo que podemos ver en esta historia es que el poder político, el emperador Severo y la emperatriz Julia tienen ante sí un enemigo que no controlan.

¿Se llamaba viruela entonces?

—No. Ellos lo llamaban la peste. Pero por las explicaciones muy detalladas sobre la sintomatología de la enfermedad que dejó Galeno, se sabe que es la viruela. Él ya se había enfrentado a esto en la época de Marco Aurelio y Lucio Vero, no se suele saber, pero los dos coemperadores fallecen de viruela.

¿Lograron Severo y Julia pararla?

—Sí. Como se le hace caso de inmediato, detienen la epidemia. Esta es una de las victorias más grandes de Severo, también la más desconocida. Él logró parar una enfermedad que podía haber acabado con cientos de miles de miles de personas en el imperio romano. Es verdad que estoy anclado en los siglos II y III, pero como siempre, parece que Roma está de actualidad.

¿Qué más paralelismos podemos encontrar en esta novela que se remonta a diecinueve siglos atrás?

—La novela empieza haciendo Galeno un diagnóstico a la emperatriz Julia por un bulto en el pecho que se ramifica como las patas de un cangrejo. La emperatriz luchará durante la segunda parte de su vida contra un cáncer de pecho y luego está el planteamiento de cómo dejar este mundo. Esto último nos lleva a hablar de la eutanasia. Ella es una mujer que tiene que conseguir sus objetivos en un mundo controlado por hombres. Siempre tenemos la lucha constante por el poder.

Esto último no ha cambiado nada.

—De verdad que no. Es una novela que yo ya tenía claro que había muchos temas de actualidad, aunque el coronavirus es evidente que no estaba cuando yo empecé a escribir esta novela. Está el componente de la xenofobia que ya relaté en Yo Julia, en Y Julia retó a los dioses se hace aún más radical. El Senado romano se enfrenta a una emperatriz que considera extranjera.

Sí, parece que no hemos cambiado tanto en cerca de 2.000 años.

—Entre xenofobia, cáncer, virus y mujer en un mundo de hombres, fíjate todas las cosas de actualidad que se pueden encontrar. De algunas, podemos aprender para no repetir errores y reproducir lo que se hizo bien.

Esta vez ha estado usted muy comedido, su libro se ha quedado por debajo de las 1.000 páginas. A lo mejor en tiempos de confinamiento habría sido de agradecer un libro de más peso.

—Ja, ja, ja€ Eso es maldad, eh. Sí, tienes razón, he estado controlado. Ha sido un poco más larga que la de Yo Julia, pero no he llegado a las extensiones de los libros de Trajano. Lo que siempre digo es que cada relato debe tener la extensión que requiera la historia; de la misma forma, que la historia de Julia va a quedar contada en dos libros€

¡Vaya! Rompe su pasión por las trilogías.

—Hago el paralelismo de Yo Claudio y Claudio el dios, ambas de Robert Graves. Pienso que la historia de Julia se cuenta bien en dos volúmenes, no necesita más.

Julia es una mujer muy desconocida en el imperio romano.

—Era desconocida para el gran público, pero razonablemente reconocida en los libros de Historia. Hasta que no leí una biografía sobre ella escrita por la profesora Barbara Levick, no llegué a calibrar realmente la dimensión del personaje.

¿Va a seguir en la Antigua Roma?

—Claro. Estoy trabajando en otra novela y tendrá que ver con el mundo romano. No me comprometo a que sean protagonistas femeninas, pero sí me comprometo a que haya un equilibrio masculino y femenino.

¿Trilogía en esta ocasión?

—Estoy metiéndome en un proyecto cuyas dimensiones no las tengo establecidas. Podría ser mi proyecto más ambicioso, solo te digo eso para que calentemos motores.

¿Más de 1.000 páginas por libro? ¿Más de tres libros?

—Con esto que te digo basta por el momento. Ja, ja, ja€ Espero que os guste.

¿Podríamos decir que Roma es su obsesión?

—Por qué negarlo. Puedes decir que Roma es una de mis obsesiones. Tengo como unas 8.000 páginas escritas y publicadas sobre Roma, pero la considero una obsesión en positivo. Todo lo que encuentras en ese imperio y en esas épocas es muy espectacular para un narrador. En Y Julia retó a los dioses hay carreras de cuadrigas, batallas, asedios, traiciones, asesinatos, viajes por todo el mundo, etc. Todo ello es muy atractivo para un novelista, pero hay que añadir la naturaleza humana desatada.

¿Naturaleza humana desatada?

—Roma era pasiones, lucha encarnizada por el poder, sexo, violencia, amor€ Hay de todo.

Como ahora, pero sin Internet y redes sociales.

—Ja, ja, ja€ Exacto. Para un narrador, el paraíso.

"En el imperio romano hubo una epidemia de viruela. Hicieron caso a Galeno de inmediato y la pararon"

"Podríamos decir que Roma es mi obsesión, he escrito y publicado más de 8.000 páginas sobre este tema"