No es el primer disco en directo de Mikel Urdangarin, pero sí es especial, ya que más de la mitad de su repertorio son versiones. Ya había grabado alguna, como Wonderful life (Black), pero Hotza da NY is cold (Colectivo Zart), el nuevo disco del cantautor euskaldun, supone un sentido tributo y emocionante a Leonard Cohen, un artista que supuso “un refugio en mi adolescencia”. El álbum, del que solo se han editado mil copias, se puede adquirir en el sitio web del colectivo Zart: www.zart.eus.

Cuando solo era un bonito recuerdo el paso de Mikel por el ciclo Izar & Star, hace ya tres años, en el que rindió tributo a Cohen en un concierto inolvidable en el Teatro Campos, ahora el recital lo edita Zart (una cooperativa creada por varios escritores, músicos y artistas plásticos vascos) en una tirada limitada en CD y vinilo, con el añadido de una obra del artista Alain Urrutia y textos de Harkaitz Cano y John Potter.

Mikel (guitarra y voz) contó en la cita, que acabó trasladándose a Donostia, con el apoyo de Koldo Uriarte (piano y teclados), Nika Bitchiashvili (violín) y Jon Cañaveras (bajo y contrabajo). Además, la cantante británica Alison Keable, ha añadido voces posteriormente en el estudio Koba en varias canciones, para trasladar al disco la habitual sonoridad femenina vocal de Cohen.

Hotza da NY is cold incluye 17 canciones, 10 de ellas versiones. Se inicia con preciosidades propias como Urriko poema, Lo o Katu baltzak, que luego dan paso a las versiones, iniciadas con Famous blue raincoat y concluidas con Take this waltz. Todas ellas, como clásicos como So long, Marianne, Hallelujah o Suzanne, y composiciones recientes como Come healing y Nightingale, sin traducir, cantadas en inglés. Y como broche final, cierre con el rescate de Badira hiru aste, Non geratzen den denbora o Zurekin, obligadas en cualquier cita de Mikel sobre un escenario.

Carnal y espiritual “Es un agradecimiento”, asegura Mikel sobre el disco. El músico descubrió a Cohen con I’m your man. Se lo regaló su aita cuando tenía 17 años. “Supuso un refugio durante la tormenta de la adolescencia”, rememora. Urdangarin, destaca de él “su combinación de espiritualidad y carnalidad”. “Es un gurú, un referente absoluto”, concluye.