pamplona - Cuando tu filosofía es que la pasión es el mínimo exigible, el resto es historia. Y anoche, una vez más, Berri Txarrak lo volvió a hacer. Historia, en el rock y con mayúscula. Por segundo día consecutivo, 11.500 personas abarrotaron el Navarra Arena para acompañar a la banda en su último concierto antes del anunciado parón. Y fue una noche de nostalgia y de emoción. De lágrimas. Fue una noche para dejarse el alma en cada una de esas canciones que son parte de la banda sonora que ha acompañado a más de una generación. Fue una noche para despedir a una de los mayores grupos que ha nacido en la Comunidad Foral. Y fue noche para desear que sí, que ojalá sea un ikusi arte (hasta la vista), porque Berri Txarrak dice agur en lo más alto.

Tras el principio del fin que tuvo lugar el viernes, el adiós de Berri Txarrak contó ayer con Leihotikan como invitados de lujo, encargados de abrir una noche en la que la expectación era máxima. Un clima especial sobre el que flotaba una nostalgia y una emoción que creció cuando a minutos de empezar el concierto, se proyectó un adelanto del documental que está grabando la banda y que rompió cuando, a las 22.30 horas, Gorka Urbizu a la guitarra abrió la noche con Eskuak, convirtiendo el público del Arena en un paisaje de manos alzadas. Siguió Gelaneuria, ya con la apisonadora musical que son Gorka, Galder y David para continuar con Ez dut nahi y Ez naiz aldatuko. Gorka recordó que con el de ayer ponían fin a “más de 1.000 conciertos” para recordar el sentimiento de Berri Txarrak, un Jaio.Musika.Hil en el que el público se dejó más que la voz.

Infrasoinuak, tema que da título al último trabajo de la banda y con una guitarra que es ya estampado de camisetas diseñadas para la despedida en Iruña, dio paso a Izena, izana, ezina y un Spoiler que levantó los aplausos de los miles de asistentes, fieles escuderos de los de Lekunberri desde el principio. Porque ayer volaron al cielo rock, catapultados por la energía de cantar por última vez -al menos, de momento y hasta nuevo aviso- canciones como Gure dekadentziaren onenean. Hubo lugar para recordar a los chavales de Altsasu, en un pabellón donde lucían pancartas con mensajes como “eskerrik asko”. Así lo recordó Gorka antes de lanzarse a por Zertarako Amestu: “Le pese a quien le pese, se han juntado más de 20.000 personas en dos días para reivindicar la música en euskera”. Temas como Izena, izana, ezina y Libre hicieron saltar a los asistentes junto al trío como si fuese la última vez para poder hacerlo. Tal vez lo fue.

Al cierre de esta edición, quedaba mucho concierto por delante en una noche que Berri Txarrak contó con una despedida a la altura de su trayectoria. Histórica. Porque han hecho historia.

Por segundo día consecutivo han reunido 11.500 voces en el pabellón Navarra Arena en el segundo acto del cierre de la gira 'Ikusi Arte 2019' y con la que Berri Txarrak ha dado un adiós indefinido a una carrera de un cuarto de siglo llevando la música en euskera por todo el mundo.

A sus pies han coreado cada una de sus letras personas de todas las generaciones, y es que aunque la banda grabó su primer disco en 1997, desde entonces han ido enredando en sus letras cargadas de significado a personas de todas las edades, siendo capaces de crear con cada año más y más adeptos y reuniendo a miles de jóvenes que aún no se acercaban a la treintena.

Por aquellos años en los que el milenio pasado daba sus últimos coletazos Berri Txarrak eran Gorka Urbizu, actual vocalista y guitarra, junto con Aitor Oreja, Aitor Goikoetxea y Mikel Lopez, un círculo que hoy se ha cerrado con la presencia de los cuatro integrantes sobre el escenario para volver a tocar juntos por última vez ante su público.

No era día para dejarse nada guardado y han sonado todos y cada uno de sus himnos, que no son pocos, porque lejos de tener solo una canción conocida por disco, como mandan las modas y el mercado, faltan dedos en el cuerpo para poder contarlas todas: 'Oreka', 'Jaio.Musika.Hill', 'Denak ez du bailo', 'Ikasten'â y así con un largo etcétera.

Giras como este "Ikusi Arte 2019' son agotadoras, con miles de kilómetros haciendo mella en los músicos y el equipo, pero si había una pizca de agotamiento en Gorka Urbizu, David González y Galder Izaguirre lo disimularon bien, inundando el escenario de energía y disfrutando más que nunca ante un público entregado.

Cuatro canciones le hicieron falta a Gorka para quedar sin aliento, un jadeo aplaudido por un público muy consciente de que para los que tenían frente a ellos hoy no era una noche cualquiera.

Fue un día lleno de emociones, pero sin duda uno de los momentos más sentimentales ha sido cuando Gorka, solo en el escenario, ha encendido un cielo estrellado entre el público con una versión en acústico de 'Maravillas', en la que ha bajado ligeramente el tono para dejar sitio a las gargantas del pabellón.

Desde sus inicios Berri Txarrak siempre ha defendido el euskera como una lengua propia y hoy lo ha hecho una vez más, reivindicando su uso y subrayando que "a pesar de los decretos que quieran quitar, le pese a quien le pese, más de 20.000 personas estamos reunidas cantando en euskera", en referencia a la petición hecha desde UPN a derogar esta norma.

Urbizu ha querido también agradecer su presencia y apoyo a todos aquellos que acudieron a su llamada desde fuera del País Vasco, defendiendo que "hay que apoyar a las minorías, a los raros del euskera", una reivindicación que ha hecho previa a tocar su tema 'Sols el pobre salva al pobre', una de las pocas canciones que no están escrita íntegra en esta lengua.

Precisamente tras esta canción ha parecido pararse el tiempo, con los tres integrantes congelados sobre el escenario durante casi medio minuto, estáticos, para después romperse y culminar con el último estribillo de 'Oreka'.

También se han escuchado proclamas por la liberación de los jóvenes de Alsasua, condenados a penas de entre dos a trece años de cárcel por agredir a dos guardias civiles y a sus novias en un bar de la localidad, una petición la de "askatu altsasukak" secundada por los integrantes del grupo, que ha aplaudido el coreo.

Así han dado fin a 'Ikusi Arte 2019', una gira con la que han sumado más de 60 conciertos recorriendo escenarios de Europa, Asia y América tanto en festivales de gran formato y regresando a los pequeños locales que les vieron nacer y con con conciertos propios como el de Kobetamendi en el que reunieron a más de 20.000 personas.

Los encargados de dar paso a Berri Txarrak han sido Leihotikan, a quienes el vocalista de Berri Txarral también ha dedicado unas palabras de agradecimiento y que con su punk en euskera han calentado el ambiente en un pabellón que ya a su salida lucía prácticamente lleno.