Bilbao - Woodstock, el primer macrofestival de la historia y fotografía sonora y social de la contracultura, acaba de cumplir cincuenta años. Una treintena de músicos vascos, liderados por el bajista Jokin Salaverría, rescatarán las canciones claves de “la mejor representación posible de la escena jipi” de la época, de Joe Cocker a Santana, Hendrix, Jefferson Airplane, Grateful Dead, Crosby, Stills, Nash and Young, Joplin o The Band, mañana en el Kafe Antzokia, con entradas a 21 euros en taquilla.

Más de medio millón de personas se apelotonaron en los terrenos de Woodstock cedidos por el granjero Max Yagur hace medio siglo. En aquel paraje de Nueva York se juntaron algunos de los más grandes artistas de esa generación: Santana, Joe Cocker, Jefferson Airplane, Crosby, Stills, Nash and Young, Jimi Hendrix, Sly and The Family Stone, Janis Joplin, The Band, The Who... Salaverría, bajista getxotarra de largo recorrido en Estados Unidos junto a Jonny Kaplan y otros proyectos, impulsa su traslado a Bilbao, en una cita que se repetirá en Madrid en noviembre.

La génesis de este rescate tiene sus raíces en The concert for Bangladesh, que Salaverría impulsó hace tres años y cuya recaudación fue entregada a La Cuadri del Hospi y al Banco de Alimentos de Bizkaia. “Me brindó experiencia y la oportunidad de conocer a compañeros con los que contar para estas embarcadas”, según Jokin, que considera “más complicada” la organización de Woodstock revisited. “Lo di por imposible dos veces”, prosigue.

En esta ocasión, la inspiración no es solidaria, sino musical y hedonista. “Al contrario que el de Bangladés, que era un concierto serio y comprometido, Woodstock es más gamberro y desorganizado, más salvaje... Lo que me apetecía”, indica Salaverría, que recuerda que el festival fue “la única ventana” a la que asomarse para ver vídeos de sus músicos favoritos en la adolescencia: “Mi ama me compró la película en 1995, en el Círculo de Lectores, y tuvo un gran impacto en mí. Hoy, veinte años después, interpretar fragmentos del concierto con mis amigos me fascina”.

Jipi del siglo XXI Jokin Salaverría, que podrá versionar a varios de sus bajistas favoritos como Alan Spenner, Larry Graham, John Entwistle o Greg Reeves, defiende que Woodstock fue “el pico del movimiento jipi, el primer experimento de macrofestival, el que demostró que era posible juntar a medio millón de personas en paz y armonía”. Reconoce que ese idealismo “caería en picado” en Altamont y con las muertes de Joplin y Hendrix.

“Siempre echo la vista atrás, no lo puedo evitar. Las producciones y composiciones de la época, hasta la manera de tocar tan visceral y orgánica, precisa e imprecisa a la vez, me conmueven. Había más alma entonces que hoy”, se confiesa Salaverría, que venera el elenco del festival. “Fue la mejor representación posible de la escena jipi norteamericana del momento, algo insuperable. Y luego estaban los británicos Joe Cocker, The Who y Ten Years After. Fue una lanzadera para muchos artistas, como los hasta entonces semidesconocidos Santana”, apostilla. El repertorio del Antzokia se basa “en mis gustos personales y en la viabilidad”, explica Jokin. “Serán trece artistas y estarán todos los que se esperan, de Janis a Hendrix, Joe Cocker, Jefferson... Y habrá hueco para canciones no tan sobadas”, confiesa quien se considera “el ideólogo” de esta cita. Él será el bajista en la banda base, formada por una docena de músicos de grupos como Last Fair Deal, Los Estanques, Rubia, Zulu Men...

La velada, de unas dos horas y media, contará con catorce cantantes: Aurora García (Aurora and The Betrayers), Miguel Pardo (Sex Museum), Germán Salto (Salto), Ignacio Garbayo (Garbayo y exZodiacs), Pit Idoyaga, Dani Merino y Peter Abels (La Costa Oeste), Iñaki Uoho (Platero y Tú, Extremoduro), Virginia Fernandez (Last Fair Deal), Toño López (The Soul Jacket), Guillermo Calleja (The Magic Teapot), Sara Íñiguez (Rubia), Saúl Santolaria y Txomin Guzmán (Fakeband) y James Room. “Algo se intentará hacer”, concluye Salaverría sobre la posibilidad de que el concierto sea grabado.