Bilbao - Tras presentar Loreak en 2014 en el Zinemaldia y Handia en 2017, Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga volvían ayer al festival donostiarra y esta vez lo hacían con La trinchera infinita, largometraje con el que han salido de su “zona de confort”, Euskadi. Basada en la Guerra Civil, la película que se presentó ayer en la capital guipuzcoana competirá en la Sección Oficial.

Los miembros de Moriarti han optado esta vez por ambientar el filme en Andalucia, y hacerla en castellano. En ella, tratan la historia de Higinio, (Antonio de la Torre) un republicano que acaba de casarse con Rosa (Belén Cuesta) cuando estalla la Guerra Civil, y la vida de él pasa a estar amenazada. Por eso, con la ayuda de su familia decide utilizar un agujero cavado en su propia casa para esconderse. Pero, tras la victoria de Franco, el miedo a morir de este hace que el encierro dure más de 30 años; hasta la muerte del dictador.

Y es que aunque es una historia ficticia, está basada en experiencias reales de los llamados “topos”; hombres que permanecieron ocultos en sus hogares durante varios años, por miedo a ser encarcelados o incluso asesinados. Según Goenaga, el punto de partida de esta película es una oscuridad de “30 años” en la vida de un matrimonio formado por Higinio (De la Torre) y Rosa (Cuesta). “El planteamiento es no salir de ese encierro y ver 30 años de historia de un matrimonio y de un país, y ver cómo condiciona su relación”, aseguró en la presentación del largometraje en el festival donostiarra.

De ese modo, Arregi, Garaño y Goenaga han tratado de conseguir “un diálogo entre el pasado y el presente”, según Arregi, ya que “aunque los tiempos y las ropas cambien, las inquietudes son eternas; son las mismas”. Es por eso que destacaron que a pesar de estar basada en la Guerra Civil, se han centrado en el miedo, un sentimiento universal. Por eso, pusieron el ejemplo de los millenials, que tienen “miedo a dar el paso definitivo, a dejar el trabajo, a salir del armario. Imagino que los millenials también tendrán mucho miedo”. Así, La trinchera infinita podría definirse, según los protagonistas como “una alegoría del miedo, y al mismo tiempo, una historia de amor”.

Por otro lado, Goenaga también explicó que La trinchera infinita transmite la sensación de pérdida y confusión de un hombre encerrado durante más de 30 años. Al principio, la cinta transmite la ansiedad de no saber qué está pasando en el exterior, para pasar después a un ambiente más contemplativo aunque tampoco normal, porque Higinio llega a desconfiar de su propia familia.

Lo político, por su parte, “se mantiene como contexto, está desde lo mas llano, desde cómo podía vivir un matrimonio un pueblito andaluz, acercándonos a ello desde una forma muy doméstica, no se habla de lo jodidos que estamos con Franco, sino que se oye en su voz”. Ya que el objetivo era, según los cineastas, “hacer un acercamiento humano sin dar la espalda a la realidad que están viviendo”. Y para dar vida a ese matrimonio que protagoniza el largometraje, según destacó todo el equipo de La trinchera infinita, el trabajo de los actores principales ha sido muy destacable, ya que incidieron en que Belén Cuesta y Antonio de la Torre han sido precisos en el tratamiento de los acentos hasta el “mimo”.

La semilla que puso en marcha esta película de los miembros de la productora Moriarti fue el documental 30 años de oscuridad que Manuel H. Martín hizo hace siete años sobre Manuel Cortés, el último alcalde republicano de Mijas. Tras eso, los cineastas vascos comenzaron a investigar acerca de los llamados “topos” y se embarcaron en esta aventura que comienza en el año 1936 con el encierro del personaje encarnado por Antonio de la Torre y culmina en 1969, treinta y tres años después; en un largometraje que tiene una duración total de 147 minutos. A pesar de ello, los cineastas vascos destacaron en la presentación que han preferido que la historia no “sea verídica para no sujetarse a esa servidumbre”.

Moriarti produkzioak Aunque el trío formado por Aitor Arregi (Oñati,1977), Jose Mari Goenaga (Ordizia, 1976) y Jon Garaño (Astigarraga,1974) han llevado a cabo películas tan exitosas y bien acogidas como Loreak o Handia (que recibió 10 goyas), esta es la primera vez que los tres se ponen al mando de un largometraje; ya que anteriormente combinaban las labores de guion y de producción, pero sin estar nunca los tres al mando. Además, con La trinchera infinita se salen de su zona de confort como admitieron ayer; ya que han salido a grabar fuera de Euskadi; haciéndolo en Andalucia, donde ambientan el largometraje protagonizado por Antonio de la Torre y Belén Cuesta.

Asimismo, a diferencia de las otras dos películas, estrenadas en 2014 y 2017, esta vez lo hacen en castellano; y en esta ocasión se les han unido la productora vasca Irusoin y la andaluza La claqueta. Así, la película que vio la luz en la tercera jornada de la 67ª edición del Zinemaldia llegará a las salas de cine de todo el estado el próximo 31 de octubre.