Bilbao - El cantautor Víctor Manuel llega hoy a Bilbao, a Euskalduna Jauregia, para presentar su último disco, Casi nada está en su sitio (Ión Música. SME), el primero con canciones nuevas desde hace una década. El músico asturiano suele interpretar en sus conciertos éxitos tan conocidos como La romería, Danza del cuélebre, Planta 14, Solo pienso en ti, Asturias y Soy un corazón tendido al sol.

Hacía una década que Víctor Manuel se había volcado en los conciertos, a través de las giras Vivir para cantarlo, 50 años no es nada, El gusto es nuestro, Canciones regaladas, junto a Ana Belén... y también publicó unas memorias, Antes de que sea tarde. “Un amigo mío que canta le preguntó a mi hijo David San José (productor) que si ya no iba a escribir más canciones. Él opinaba que ya está todo hecho y que está hasta los cojones de que le digan que las mejores son las de antes”, recuerda Víctor Manuel entre risas.

Y ahí surgió Casi nada está en su sitio, de “la necesidad de escribir canciones” de su autor, siempre “sobre la vida, mi realidad y el estar a pie de calle”. Son temas que empezaron como “notas de voz y música” en el teléfono móvil, fruto de “la inspiración rápida”, vestidas ya en el trabajo posterior “con el mono de trabajo puesto”. Ayudado por David, firma un álbum “más guitarrero” que otros, con algún vals, folk bucólico...

“Cuando salió el disco me preguntaban con incredulidad que qué es lo que no está en su sitio. Ya no lo hacen (risas). Igual me adelanté a este momento”, asegura sobre el título, que al incluir la palabra casi deja abierta la puerta a la esperanza. “¡Un tío que ha militado en el Partido Comunista cómo no va a creer en la Humanidad! Luego volví a la realidad. Cuento, casi como una boutade, que empecé a cuestionarlo cuando nació David y quería estar más con él que con el hijo de Santiago Carrillo. ¡La vida!”, responde entre risas.

No solo política El músico defiende en una canción “abrir las ventanas ante tanto aire viciado”. Y no solo en la política, con la irrupción de Vox. Víctor Manuel lamenta que “falta memoria y estudio de la historia”, y cree que “tenemos la percepción de que todo está descoyuntado con las redes, tanta información y tanta mentira; estamos a la búsqueda de likes, en lugar de hablar con alguien en el café porque tenemos blindado el corazón”.

El música asturiano, que asegura que “toca reinventarnos, pero no sé cómo”, pasa revista a la situación en Digo España, una especie de segunda parte de España camisa blanca de mi esperanza. “Aquella era en blanco y negro girando hacia el color; había ilusión en ella y una ventana entreabierta a pesar de mi pesimismo vital sobre el país”, reflexiona. “La actual parte de unas circunstancias más complicadas. Hemos hecho cosas bien, pero en los últimos años echo de menos el espíritu de la Transición. Ahora, todos se encastillan en sus principios y no quieren saber nada de los que están al lado”, prosigue.

“Crear es pura euforia” “Entiendo el sentimiento nacionalista de Euskadi y Catalunya, no se puede obviar, pero yo soy de izquierdas y ser nacionalista está en contradicción con serlo”, contesta. “Pero entiendo que se pregunte a la gente qué quiere ser”, aclara un músico que defiende que “vestido no hay nada mejor que escribir una canción”. Crear, para él, es pura euforia. “¡Es la hostia! Piensas que has escrito Yesterday cada vez; al día siguiente ves la canción en su justa medida. Y cantar... esta es la única profesión en la que te aplauden cada tres minutos”, concluye el cantautor asturiano.