Bilbao - El grupo vizcaino McEnroe vuelve con La distancia (Subterfuge), un sexto álbum de estudio que rezuma amor, naturaleza y melancolía, y que llega justo un lustro después de su anterior álbum. “Llevamos juntos 17 años y nunca nos hemos separado, nunca ha habido distancia”, explica su líder, el compositor y cantante Ricardo Lezón, que ha invertido los últimos años en diversos proyectos artísticos.

La distancia es la continuación de Lluvia y truenos (2016), el trabajo conjunto de Lezón con The New Raemon, y llega después de la aventura en solitario del compositor y cantante, el excelso Esperanza (2017), y la banda sonora de la película Los amores cobardes (2018), en la que optaron a un Goya. Hay que viajar a 2015 para encontrar el último disco de canciones originales de los getxotarras, Rugen las flores.

“Siempre nos hemos dejado llevar por la fuerza natural, por el impulso”, explica Lezón. “Hemos sido más de esperar que de forzar. Y esperando han pasado cinco años, con cada uno en sus cosas, en su sitio o buscándolo. Viviendo. Nunca nos hemos separado, no ha habido distancia”, dice el vocalista sobre el largo tiempo de barbecho del grupo.

El grupo acota a septiembre de 2018 el inicio de este álbum, cuando “llegaron las ganas, las cosas que decir, el impulso de volver”. Regresaron al caserío de Getxo en el que comenzó McEnroe, hace ya 17 años, y “despacio fueron apareciendo las canciones y la emoción”, según Lezón, que recuerda el proceso como “rápido e impaciente, como siempre, como si todo se fuese a marchar o desaparecer si se quedara quieto”, apostilla. En Navidad entraron en los estudios vizcainos Tío Pete, cerca del caserío citado, y en Año Nuevo en el del productor sevillano Raúl Pérez, “rodeados de limones”, recuerda el vocalista.

La distancia incluye nueve canciones de amor. Porque las de McEnroe “siempre son canciones de amor, de amor al padre, al amigo, al hijo, a la naturaleza, a quien amas”, indica Lezón. Canciones las de McEnroe repletas de naturaleza -arena, sol, piedras, camino, nieve, bosque, campos de trigo- y que ofrecen más calma que estallido, sombra y luz, realidad, oscuridad y temores pero también la ilusión, el amor y el sueño y deseo de encontrar rosas en los arcenes.

Y, por encima de todo, siempre corazón presto a desbordarse en temas como la nostálgica Asfalto , donde se juntan tres generaciones Lezón, la del músico, su recordado padre y la hija de Ricardo, Jimena, que presta “su voz” como hacía ya en Esperanza, el debut de su progenitor. - A. Portero