SUSPENDIDA de la grúa Carola -una clara referencia al pasado industrial de Bilbao- la bailaora bilbaina Adriana Bilbao realizará mañana un espectáculo repleto de sentimiento. Adriana aprovecha la conmemoración del Día Internacional de la Danza para fundirse con el hierro de esta estructura que forma parte del patrimonio industrial vasco. Superando la gravedad, la artista regalará un montaje que ha descrito como “especial” y del que prefiere no desvelar ningún detalle para mantener así la sorpresa hasta el final. “Solo digo que va a gustar. Quiero que la gente disfrute con lo que he preparado para la ocasión”, destacó a DEIA la artista.

Sin vértigo que valga, la bailaora de flamenco vizcaina cambia por un rato las tablas por la estructura vertical de color rojo donde mostrará su arte en la ciudad que le vio crecer y que abandonó hace catorce años para desarrollar su carrera profesional en Andalucía. “La Carola me encanta y siempre que paseaba por la ría y la veía ahí pensaba algún día haré algo en ella”. Y como tarde o temprano los sueños se convierten en realidad llegó el momento tan esperado para ella. “Yo quería bailar flamenco y hace catorce años me fui a Málaga para perfeccionar mis conocimientos y seguir adelante con mi carrera”, explicó. Pero sus raíces no las ha perdido, ni tampoco quiere olvidar la historia que ha marcado la vida de los vascos que, como ella, dejaron Euskadi en busca de trabajo o para ir a estudiar, o a aquellos que llegaron al País Vasco en busca de una mejor vida.

La bailaora regresa a su tierra y lo hace a lo grande. Con su primer espectáculo de gran formato al que ha bautizado con el nombre de Hierro (Burdiña) que se representará en el Teatro Barakaldo el 3 de mayo y con la performance desde la grúa Carola que podrá verse mañana a partir de las 12.00 horas. “Ambas cosas están unidas. Me apetecía regresar a casa para mostrar todo lo que he aprendido durante todos estos años. Todo ha ido surgiendo a medida que se gestaba el proyecto. Ha sido mucho trabajo, pero después de ver el resultado estoy muy contenta y feliz”, destacó la artista bilbaina.

Y qué mejor manera que hacerlo que rescatando recuerdos forjados en hierro, esos que perduran con el paso de los años y que han marcado la vida de millones de personas. Para este proyecto artístico Adriana y el baionarra Beñat Achiary se han unido para hacer una lectura artística sobre la migración y la figura del trabajador que se vio obligado a dejar su tierra. “Queremos dar forma a este montaje a través de un espectáculo de danza y música en el que el flamenco y la tradición vasca serán los vehículos conductores. Ambas expresiones atesoran un carácter muy personal e intenso”.

Tal y como destaca Bilbao -su segundo apellido es Zarraonandia y es nieta del mítico jugador de fútbol Zarra- las migraciones han sido una constante en la historia del País Vasco. “Cuando las crisis azotaban la región, los vascos se repartieron por todo el mundo y según la industrialización fue generando un entorno laboral sólido, fue Euskadi el que se convirtió en tierra de acogida”.

Al analizar el contexto de la industrialización, es clave tener en cuenta que dejando a un lado los principales núcleos industriales y económicos -Madrid y Catalunya, principalmente-, España era a finales del siglo XIX y principios del XX un país empobrecido por una sucesión de guerras civiles y gobiernos erráticos y cambiantes que condenaban a la miseria a regiones enteras. “Fueron miles los que vinieron a aportar su trabajo en busca de una vida mejor”, destaca.

Obras de Gabriel Aresti Y es en ese contexto de las migraciones donde se centra el espectáculo de Adriana Bilbao, quien vuelve ahora a su tierra con la ilusión de quien regresa a casa tras muchos años de ausencia. “No ha sido fácil el camino recorrido. Hoy en día es mucho el esfuerzo que hay que realizar para hacerte un hueco en este mundo. Pero soy consciente de que en esta carrera que he elegido me toca seguir trabajando”, apuntó la artista.

Bilbao no olvida sus raíces y por eso en este montaje estarán presentes obras de Gabriel Aresti y cantos populares que servirán para retroceder a la cultura vasca de la época. Otras letras que completarán la creación vienen de la mano de Itxaro Borda, del cantaor Raúl Mico o del sonido y letras de Beñat Achiary. “Es un espectáculo que no va a dejar indiferente a nadie. Difícil de explicar y que para entenderlo es fundamental verlo, sentirlo...”, analiza la bailaora vizcaina. En la actuación, el cantaor David Vázquez y el percusionista y cantante Julen Achiary acompañarán a los creadores del montaje. Junto con los artistas, para intentar reflejar la dureza del entorno minero, tres barrenadores perforarán las piedras que colocarán en el escenario ayudados por sus barras de acero. El sonido del golpe seco dará aún un mayor realismo a la historia que se describe en el escenario. “Es un montaje en el que no se cuenta una historia lineal. Rompemos la cronología y la ambientación”, describe Adriana. Según relata la artista, Hierro no es una historia formal, sino que se trata más de un discurso poético que histórico que reúne en su ser “la vida íntima y también popular”. Para darle un mayor realismo la historia recoge además las vivencias y los testimonios de personas que vivieron aquella época. “Ha sido todo un aprendizaje muy enriquecedor”, concluyó Adriana Bilbao.