Bilbao - Maider Zabalegi, quien formara parte del exitoso dúo de pop-folk Alaitz eta Maider a finales del siglo pasado, apunta que la vida es un tránsito, “un viaje maravilloso” aunque “también un poco cruel”, en su segundo disco, Bidean (Baga Biga), en el que se ha rodeado de músicos como Gorka Urra, Urbil Artola, Xabi Solano y María Soriazu. A ritmo de folk, pop y muchos guiños a la Americana, regresa con canciones sobre refugiados, la memoria, el cariño, la alegría y la ilusión.

Maider (Oiartzun, 1976) publicó tres discos en formato de dúo con Alaitz y después abandonó la música durante casi década y media hasta que regresó con su primer disco en solitario, Zuei, en 2017. Ahora toma el relevo Bidean (En el camino), que grabó el año pasado en los estudios Lezoti, cercanos a su pueblo natal, con Gorka Urra como encargado de la grabación y producción.

Maider Zabalegi, que se refuerza en este disco como artista con su nombre y apellido, se ha rodeado de un buen grupo de buenos músicos para grabar Bidean, como Gorka Urra, Urbil Artola, María Soriazu, Karlos Aranzegi y Santi Romano. Cuenta también con las colaboraciones de Xabi Solano, Beñat Igerabide, Joseba Loinaz, Iñigo Asensio, Peio Gorrotxategi, entre otros.

Bidean muestra a una Maider ecléctica, con un repertorio que sí puede partir de estructuras cercanas al pop-rock, como muestra en Lanbrotuta con “una mezcla de pop y rock británico”, pero que apuesta también por las baladas, algunas coronadas por cuerdas en temas como Akotz, que cuenta con el violín de Cristina Vertiz, miembro de la OSE.

“Me gustan los caminos pero por desgracia no los veo en cantidad de ocasiones”, lamenta la cantante. “La vida me llena de emociones, aunque puede ser cruel. Es el motor de la vida, la alegría”, explica sobre este viaje, en el que alude a sus abuelos, al enamoramiento o se pone en la piel de los refugiados. - A. Portero