Guitarras corporativas, letras ñoñas, voces cuidadas hasta el exceso, teclados sinfónicos, melenas y laca, y el objetivo claro de llegar al gran público. El conocido como AOR, el rock más comercial dirigido a la FM, también denominado rock melódico, tiene mala prensa... pero millones de seguidores, como prueban las ventas de artistas como Asia, Boston, Bon Jovi, Europe, Kansas, Journey, Foreigner o Toto. El crítico Sergio Guillén agrupa lo mejor del género en su libro AOR World (Editorial Milenio), que propone “un viaje por su historia en 200 discos”.
Para empezar... ¿Qué es el AOR? el acrónimo significó en origen album-oriented-rock, etiqueta ligada al rock progresivo y conceptual de Pink Floyd o Yes, pasando después a definir los discos que buscaban descaradamente sonar en las radios (album-oriented-radio) y dirigirse a un público adulto (adult-oriented-rock). Esta última es la acepción con mayor éxito aunque J. L. Pérez Andrés, fundador de AOR Haven, se posiciona en el prólogo del libro a favor de la definición “el género más melódico del rock”.
Guillén, que ya había escrito varios libros musicales y hasta alguna novela, ofrece “una visión expansiva” del género, al tratar de tocar “todas sus variantes”, desde el soft rock al pomp, el hi-tech, el hard melódico, el west coast, el scandi AOR... Y lo hace a través del análisis de 200 discos, desde mediados de los años 70 hasta la actualidad, y yendo “más allá de las obras magnas” del género porque, según explica, “la historia no la escriben solo los victoriosos”.
AOR World, que incluye un diseño atractivo en color, portadas y discografías de los grupos reseñados, ofrece un listado de músicos por orden alfabético, en el que no faltan ninguno de los grupos que vendieron millones de copias de sus trabajos, empezando por Asia, el supergrupo de los 80 formado por miembros de Yes, ELP y K. Crimson, del que se destaca su álbum homónimo, que incluía el clásico Heat of the moment. Y le siguen Boston, el grupo de Tom Scholtz que dejó para la historia More than a feeling; los Bon Jovi de Runaway, el Bryan Adams de Reckless; o los Cheap Trick de Dream police y los Chicagos más soft rock.
Y en el listado se agrupan también Chris de Burg, los Eagles de The long run, el hard rock melódico de Def Leppard o el debut del melifluo Christopher Cross con éxitos como Ride like the wind. La nómina de músicos millonarios, de los que no siempre se destacan sus discos más vendedores aunque sí se ofrecen datos sobre su contenido, participantes y contexto, se completa con Reo Speedwagon, Journey, Kansas, Pat Benetar, Styx, los Survivor de Eye of the tiger y los inevitables Toto, que lograron “una marca insuperable” con temas como Rosanna o Africa.
Bandas sonoras de los 80 Desconocidos y rarezas AOR World, que ofrece un capítulo centrado en las bandas sonoras de películas de los 80 aliadas del género, caso de Risky businnes, Cobra, Rocky, Tango y Cash o Los Goonies, saca del olvido a los Airplay de David Foster, Aldo Nova, los suecos Alien, los colegas de Kiss Angel, el grupo de culto Atlantic, los alemanes Bad Sister, Work of Art, de quienes destaca “su gran sonido”, o bandas de este siglo XXI como los suizos Gottard.
El listado se completa con curiosidades y rarezas, como los discos en solitario del miembro de Toto Steve Lukater o del guitarrista de Boston Barrry Goundreau; el de Jason Bonham, hijo del batería de Led Zeppelin; el paso “totalmente circunstancial” por el AOR de Cher con Heart of stone; o el todoterreno John Wetton, que pasó por King Crimson, Asia, Uriah Heep, con Rock of faith. La nómina se completa con algunos nombres estatales, de Atlas a Rafa Martín, pasando por La Trampa de Pablo Perea o Sangre Azul, donde despuntó el ahora fitipaldi Carlos Raya.