Bilbao - Es uno de los objetivos que se ha propuesto Miguel Zugaza desde que volvió a la dirección del Bellas Artes: que la colección de la pinacoteca salga al exterior y pueda ser disfrutada por la ciudadanía. Fruto de esta intención y de la colaboración ya existente con el Museo Marítimo, una de las escultoras más emblemáticas de la colección de la pinacoteca, El timonel, de Quintín de Torre, permanecerá hasta el próximo junio en este último museo, en el marco del nuevo programa La obra invitada, con el que ambos museos estrechan lazos.

Como explicó la diputada de Cultura y presidenta del Museo Marítimo, Lorea Bilbao, “la colaboración entre ambas instituciones comenzó hace más de una década, pero mediante este proyecto se busca reforzar el trabajo conjunto, y resaltar la tradición artística vizcaina, además de poner en valor un oficio perdido”.

Con la cesión temporal de esta pieza se abre un nuevo marco de colaboración estable y periódico, muestra de la buena sintonía que existe entre ambas instituciones, explicó el director del Museo Marítimo, Jon Ruigomez.

La elección de El timonel como primera obra prestada se debe, en palabras del director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, al trasfondo marítimo de la obra y al reconocido nombre del autor, por lo que la consideran una obra adecuada para dar comienzo la colaboración. Además, Zugaza tuvo palabras de reconocimiento hacia la familia Sota, por su compromiso y aportaciones muy relevantes en el patrimonio cultural tanto de Bilbao como de Bizkaia. Concretamente, esta escultura fue cedida al Bellas Artes por la familia Sota, al igual que otras obras como la Condesa de Noailles, de Zuloaga, o el Retrato de Martín Zapater, de Goya.

Quintín de Torre (Bilbao, 1877-1966) fue uno de los escultores vascos de mayor proyección durante el primer tercio del siglo XX. Según explicó Miriam Alzuri, del departamento de Exposiciones del Bellas Artes, El timonel es una de sus obras más representativas, en la que aparece representada la figura de Juan Bautista Echaburu, de Ondarroa, de pie, a un tamaño ligeramente mayor que el natural, firmemente asentado, dirigiendo con mano firme pero serena su embarcación.

El modelo en barro figuró en la Exposición de Arte Moderno organizada por la Asociación de Artistas Vascos en Bilbao en 1913 con el título Un gabarrero. En cuanto a la versión en bronce, fue encargada por Ramón de la Sota para el jardín de su casa de Lertegui y posteriormente cedida al Bellas Artes.