BILBAO - Son 35 años de punk y escenarios. El grupo barakaldarra Parabellum cerrará mañana su exitosa gira de regreso tras la muerte de uno de sus componentes en la sala Santana 27 de Bilbao. Con la ayuda de algunos invitados sorpresa repasará su trayectoria con un concierto que se convertirá en su próximo DVD, antes de la edición de canciones nuevas en 2019. “El mejor legado es la sinceridad y la actitud, dentro y fuera del escenario”, explica el vocalista y batería del grupo, Josu Korkostegi.
¿Cómo está la banda? Creo que ha entrado savia nueva...
-Con mucha fuerza, ganas y preparada para continuar con los proyectos que teníamos antes del fallecimiento de Juan Carlos. La formación sigue igual que en los últimos 14 años, salvo la incorporación de Iñaki Setien, que ayuda a Pedro con las guitarras. Parece que lleva toda la vida, es un músico increíble y una persona fantástica.
Con la enfermedad de Lera muchos pensaron que se habían separado.
-Es normal, pero lo que pasó fue que, a raíz de su delicada salud, decidimos amoldar el trabajo a su situación. Preferimos que Parabellum siguiera el ritmo de Lera, y no fuera al revés. Eso se vio reflejado en conciertos porque no podíamos hacer todos los que nos proponían. Y lo volveríamos a hacer sin dudar.
¿Cómo vivió su muerte Parabellum?
-Fue un mazazo muy duro. No solo por haber perdido a un miembro de la banda, sino por habernos quedado sin un amigo, una persona extraordinaria. Éramos amigos desde niños.
El concierto de homenaje en Bilbao no lo olvidarán ¿verdad?
-Fue muy emocionante, la gente se portó de diez y ahí se vio cuando un amigo lo es de verdad. Todas las personas que participaron, ofreciendo su tiempo y trabajo, saben que aquí nos tienen para lo que sea. Creemos que los homenajes tendrían que ser en vida, ya que es una putada que el único que no pueda disfrutarlos sea el homenajeado.
El regreso y la gira de 2018 creo que han sido exitosos.
-La gira ha ido perfecta. Trabajar con El Dromedario (agencia y sello discográfico) es increíble. Han sido un montón de conciertos: Barcelona, Lleida, Castellón, Cuenca, Cáceres, Madrid, Almería, Barakaldo...
Ustedes saben disfrutar del escenario...
-Es donde mejor lo pasamos. El estudio de grabación es muy importante, pero prefiero estar tocando por ahí junto a mis compañeros y sentir al público cerca.
Y ahora llega el concierto en Bilbao, que se utilizará para grabar un DVD. ¿Será especial?
-Claro, pero el DVD saldrá de los conciertos de Bilbao y el reciente de Madrid. Utilizaremos los dos escenarios para componerlo. Queremos ofrecer lo que ha sido Parabellum este año y terminar la gira por todo lo alto. Será como un punto de inflexión para lo que viene en 2019.
¿Habrá colaboraciones? No sería difícil contar con Mamen, excantante de Vulpes, para compartir ‘La vela se apaga’ ¿no?
-(Risas). Contaremos con los amigos que han estado echando una mano en otras ocasiones. Tampoco va a haber un montón de gente, queremos ofrecer un concierto sincero, auténtico y reflejar lo que somos en directo.
¿Sería una locura pensar que habrá un disco nuevo de estudio en 2019?
-Como te decía antes, la salud de Leroy nos impidió terminar proyectos e ideas que teníamos en mente con él. Uno de ellos era grabar material nuevo; y en eso estaremos en 2019. Se lo debemos a toda la gente que nos ha estado apoyando estos años, a nosotros y por supuesto, a Leroy.
¿Son canciones recientes o han ido surgiendo en los últimos años?
-Trabajamos con ideas que teníamos antes y bocetos que empezamos a componer con Leroy, pero el grueso serán temas nuevos. No sabemos lo que saldrá, porque siempre componemos sin una línea obligatoria. Nos hemos dejado guiar por nuestros impulsos.
¿Hay Parabellum para rato? No faltan situaciones a los que cantar en los últimos años. Estamos peor que en los 80 en algunos temas.
-Seguiremos hasta que las fuerzas nos aguanten o nos echen por pesados (risas). Es triste ver cómo esta sociedad involuciona a pasos agigantados. Nos cuesta creer que lo más importante que tiene una persona, que es su palabra y su pensamiento, se cuestione y se pretenda criminalizar solo porque no te guste oír lo que dice. Una sociedad que castiga y veta a alguien por decir lo que piensa está condenada al fracaso más absoluto.
¿Eso es ser punk hoy, denunciar esas situaciones?
-Básicamente. Es una actitud, más allá de la imagen y la foto.
Tras 35 años de carrera, han dejado ya cierto legado, como han reconocido grupos como Porco Bravo.
-Cuando empezamos solo pretendíamos pasarlo bien. Ni nos imaginábamos que con el paso el tiempo íbamos a conseguir tanto. Que haya bandas que tengan a Parabellum como referencia es un orgullo, pero lo que te satisface de verdad es que, luego, esos mismos grupos sean referentes para otros; y en este caso, Porco Bravo lo consiguieron.