Síguenos en redes sociales:

Gerediaga Elkartea, un compromiso más allá del buque insignia de la Azoka

La asociación durangarra se hace acreedora al Premio Sabino Arana por su aportación a la cultura vasca

Gerediaga Elkartea, un compromiso más allá del buque insignia de la Azoka

Durango - Su extraordinaria aportación a la cultura vasca en el conjunto de Euskal Herria, en general, y en Durangaldea, en particular, será premiada el domingo, a partir de las 12.00 horas, en la XXIX edición de los galardones Sabino Arana Fundazioa, que tendrán lugar en el Teatro Arriaga. Y es que Gerediaga Elkartea, nacida bajo la dictadura franquista, lleva más de cinco décadas desarrollando una modélica labor de investigación, protección y difusión del patrimonio histórico, artístico, cultural y etnográfico de Durango y su comarca y de recuperación de la Memoria Histórica,

Bautizada en un primer momento como Asociación Guerediaga de Amigos de la Merindad de Durango, hay que remontarse a 1965 para hablar de su fundación, como primera asociación cultural registrada oficialmente en Bizkaia. Conscientes de la importancia que la Merindad de Durango tuvo históricamente, a los fundadores les preocupaba la conciencia de comarca de Durangaldea y uno de los objetivos de la asociación fue difundir y poner en valor su historia, cultura y patrimonio.

Proteger, investigar y difundir. Esas tres palabras constituyen los cimientos de la actividad de Gerediaga Elkartea. Con la firma de estatutos el 7 de junio de 1965, el origen y la legalización de Gerediaga durante la dictadura hicieron que la asociación se convirtiera en el refugio de numerosos grupos culturales y movimientos sociales, otorgando protección legal e impulsando los proyectos de infinidad de iniciativas como las gau-eskolak, el grupo de teatro Geroa, y las comisiones de fiestas de los municipios, entre otras iniciativas.

Gerediaga convocó su primera asamblea general el 2 de enero de 1966. La cifra de cien socios que esperaban sus fundadores se alcanzó en sus primeros meses de vida y se multiplicó durante los dos primeros años, llegando casi al millar de asociados.

Aunque las principales líneas de trabajo son la historia, la cultura y el patrimonio, Gerediaga Elkartea tuvo su influencia en la creación de la actual mancomunidad, poniendo el foco en el bienestar de la ciudadanía de la comarca. Además, fue la promotora de la modernización de la feria de San Blas. “La innovación fue muy importante porque era una feria puramente básica de exposición del sector primario y fuimos poco a poco dándole otro color”, aseguran satisfechos desde Gerediaga.

Muchas de las iniciativas de la asociación se han extendido por todo Durangaldea y desde allí a la totalidad de Euskal Herria. Buenos ejemplos de estas son la Durangoko Azoka, convertida en la actualidad la principal plaza de la cultura vasca, las investigaciones y actividades realizadas en el campo de la memoria histórica con especial atención a los bombardeos de 1937 en la comarca o los trabajos realizados en el ámbito del folclore para recuperar danzas tradicionales. Así, la asociación generó eventos tan importantes como la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango o el Ezpatadantzari Eguna, al tiempo que daba cabida a actividades mucho más modestas como los concursos gastronómicos en las fiestas de San Salvador en Gerediaga, o participaba en movimientos más amplios como el de las ikastolas, en la creación de cooperativas como DIBA o presentaba candidatos a concejales por el Tercio de Asociaciones.

primera azoka Gerediaga organizó el 30 de octubre de 1965 su primera Azoka. Con un presupuesto de 46.587 pesetas, tuvo lugar en el pórtico de Santa María, ubicación que se mantuvo hasta 1974. Y es que en aquellas primeras ediciones de la Azoka, la feria no se celebraba en diciembre, sino en torno al 1 de noviembre, Día de Todos los Santos. Aquella primera edición de 1965 tuvo lugar del 30 de octubre al 1 de noviembre y contó con la presencia de 25 editores en 18 estands.

En esa primera feria se dieron cita los estands de las cuatro diputaciones, Euskaltzaindia y la asociación de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Entre los participantes también se reunieron nombres conocidos como Auñamendi, Auspoa, Itxaropena, Sendo, Gómez, Espasa-Calpe...

Todas estas curiosidades pueden leerse en el libro que publicó Gerediaga hace tres años con el propósito principal de recorrer el medio siglo de vida de la Azoka. Sus autores, Jesús Mari Arruabarrena y Joseba Sarrionandia, se encargaron de recoger anécdotas y testimonios de los últimos cincuenta años de la Azoka, y enmarcar las ediciones de la feria en el contexto de la realidad internacional y de Euskal Herria. Entre las numerosas curiosidades, tal y como recoge Arruabarrena en la publicación, destaca que la primera reunión para organizar la Azoka se celebró en la tienda de uno de los fundadoras, Leopoldo Zugaza.

Sin embargo, todos los trabajos realizados resultarían inútiles si el conocimiento generado en ellos no se difundiera. Por ello, difundir es otros de los retos diarios de Gerediaga Elkartea con el propósito de dar a conocer la historia, la cultura y el patrimonio de Durangaldea, adaptándose a la situación de cada momento e incidiendo en la transmisión de la cultura de la comarca.

En la actualidad, Gerediaga Elkartea cuenta con unos 400 socios que pagan una cuota anual de 25 euros. Desde su creación, siete han sido los presidentes que han liderado la histórica asociación: Concepción Astola, Balendin Lasuen, José Ignacio Alberdi, Sabino Goikolea, Antton Mari Aldekoa-Otalora, Adrián Zelaia y Nerea Mujika, actual presidenta.