Bilbao - La mayoría de los casi 40.000 fans que asistieron al concierto de reunificación de Guns N’Roses en Bilbao quedaron satisfechos. “Impresionante” fue la evaluación de muchos de ellos, a pesar de que se detectaron destacables problemas de sonido en el estreno del nuevo San Mamés, especialmente en los graderíos. “Esa crítica no es generalizada pero sería responsabilidad del propio grupo y sus técnicos”, aseguran desde la organización. “Es un buen estadio para futuros conciertos, aunque con limitaciones”, reconocieron.

La valoración de Last Tour, promotor del concierto de los estadounidenses es “muy positiva”, explicó ayer Alfonso Santiago. “El día anterior estábamos preocupados por la lluvia, pero eso se resolvió sin problemas”, indicó. Según Santiago, la novedad, el propio hecho de ser el primer concierto celebrado en el nuevo estadio, sumó algunas dificultades a la hora de establecer el plan de evacuación y la ubicación y montaje de los escenarios, que llevó casi 10 días, al igual que “la psicosis por los atentados”. “Es algo lógico, era la primera vez para casi todo”, apostilla.

“El actual San Mamés es un estadio más cómodo y fácil para trabajar”, resuelve Santiago, que destacó sus posibilidades a la hora de facilitar un mejor acceso y evacuación. “Si se produjeron retrasos, es porque está en el núcleo urbano y algunos están tomando algo hasta cinco minutos antes del concierto”, indicó. El retraso que padecieron varias decenas de personas que no pudieron acceder al recital hasta casi la cuarta canción, se debió a un problema en la lectura de una serie de entradas.

Santiago sí reconoce que San Mamés, “un estadio muy bueno para seguir organizando conciertos en el futuro”, tiene alguna limitación estructural, especialmente para habilitar escaleras de acceso y evacuación desde el terreno de juego. “Si se hubiera estudiado en origen, sería suficiente con retirar las butacas y no habría que construir esas escaleras. Debería haber una mayor polivalencia”, indicó.

El sonido Respecto a los problemas de sonido, especialmente en el inicio del recital, Santiago rechaza responsabilidades. “Las críticas no son generalizadas, ya que hay gente de pista que dice que se oía muy bien, e incluso, en grada. En cualquier caso, es responsabilidad 100% de la banda y sus técnicos. Nosotros teníamos cero posibilidades de influir en el equipo, que es el mismo de Dublín o Lisboa. Es el mismo que lleva AC/DC”, según Santiago, para quien “no debería ser importante la cubierta del estadio o que no tuviera lugar al aire libre”.

El refuerzo del servicio de Metro Bilbao funcionó, así como el tránsito de los camiones de montaje, con el establecimiento de un aparcamiento en la punta de Zorrotzaurre que evitó afecciones al tráfico. Otro cosa son los precios de las bebidas (7 euros la cerveza), algo habitual en este tipo de citas.