CON la misma filosofía que en el resto de establecimiento hermanos, La Batea ha traído a Bilbao los sabores de Galicia. Su producto estrella es el mejillón, con denominación de origen protegida, que llega vivo al establecimiento. Lo preparan de múltiples formas, con salsa de tigres, a la marinera, a la vinagreta, al vapor e incluso relleno. Servido por raciones o por cazuela en el caso de que sean al vapor, y acompañado con las salsas que se elijan.
La carta de La Batea contiene también zamburiñas, lacón, pulpo, pimientos de Padrón... todo el género recién traído de tierras gallegas.
Un local amplio y céntrico, de 200 m2, a 200 metros del Guggenheim y ambientado en las rías gallegas, suma a su espacio una pequeña terraza habilitada con mesas altas. Dispone de una zona de comedor al fondo, con servicio de mesa y también de una zona en la barra para picoteo de raciones y tapeo. Buscan que su clientela familiar se sienta a gusto, para lo cual le brindan una experiencia completa de “comer bien y buen trato”.
Para acompañar tienen una completa selección de vinos gallegos y vino de bodega propio, el albariño Vanidade. Completan su bodega ribeiros, tintos y txakoli de Galicia.
La Batea ha sabido adaptar su oferta al turista, al que ofrece la carta traducida al francés, inglés y, por supuesto, en euskera. Idiomas que también habla el personal, para hacer que el cliente se sienta como en casa.
En su afán por acercar al cliente los sabores de Galicia, son pioneros en Bilbao ofreciendo raciones y picoteo de allí en exclusiva. Una iniciativa que ha sido muy bien acogida en la capital vizcaina por clientes de todas las edades, según comentan satisfechos sus responsables, que también tienen establecimientos similares en Barakaldo (C/Landaburu, 9) y Santurtzi (Capitán Mendizabal, 4).
Como atractivos añadidos de su oferta, con cada consumición ofrecen dos tapas gratis y no cierran por descanso semanal. Abren de lunes a domingo para comidas y cenas.