A los 102 lienzos serigrafiados de Andy Warhol les ha salido competencia. El desafío artístico tiene lugar en el Museo Guggenheim Bilbao, donde los colores se convierten en protagonistas e inundan cada esquina de las galerías. Cien metros separan la sala donde lucen las sombras del artista neoyorquino de la exposición que desde hoy recoge seis ideas creadas por 119 artistas que apenas superan el metro y medio de altura. Aprendiendo a través del arte es el proyecto que seis colegios de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, con ayuda de seis artistas, han llevado a cabo con el objetivo de facilitar a los niños el aprendizaje de las materias del currículo escolar por medio del juego y de la práctica artística.
A una semana de comenzar el verano, los escolares de entre 6 y 12 años tienen los nervios a flor de piel, no solo por los dos meses de vacaciones que les esperan por delante sino porque sus creaciones están expuestas en uno de los museos con más renombre del arte contemporáneo. Los primeros visitantes en admirar las obras son los propios artistas, que corretean, ríen y cuentan anécdotas de la experiencia bajo la atenta mirada de Juan Ignacio Vidarte, director general del museo; Gorka Martínez, director de la fundación BBK, y Manu Muniategiandikoetxea, uno de los seis artistas que han participado en el proyecto.
Aunque los recién estrenados creadores se toman el proyecto como excusa para escaquearse de las clases, lo que en realidad hacen es aprender de una manera más dinámica y menos rutinaria, pero dentro del currículo escolar. Y si la teoría suena bien, la práctica es aún mejor. Llevar las matemáticas a un área artística es una meta tangible gracias a Aprendiendo a través del arte, donde los números se fusionan con distintos materiales para dar como resultado estas piezas únicas.
En medio del espacio educativo del museo se yergue un esqueleto. Pero no es un esqueleto cualquiera. Los 206 huesos que componen esta estructura humana están pintados por los alumnos del colegio Virgen de la Guía, en Portugalete. Diecinueve escalones más arriba se encuentra la segunda planta de la exposición. Aquí, una txalaparta un tanto peculiar da la bienvenida a los visitantes. Ideada por el colegio bilbaino Uribarri, las formas geométricas del tradicional instrumento vasco se convierten en esculturas que combinan formas y colores de manera abstracta.
Unos pasos más adelante, el trabajo del centro irundarra Leka Enea-Anaka decora la pared y parte del techo: constelaciones, lluvia, viento y nubes vigilan los pasos que dan sus creadores. En la pared, unas huellas de manos estampadas en hojas con distintos colores intentan alcanzar ese cielo de cartulina.
implicación Frente la obra que ha realizado en colaboración con el colegio gasteiztarra Padre Orbiso, Manu Muniategiandikoetxea asegura que la fórmula para que el trabajo funcione es la implicación del centro, pero sobre todo de los alumnos. “Si cogen con ganas el proyecto y lo entienden, todo va sobre ruedas”, asegura el artista. La obra de estos estudiantes de quinto curso nace del propio padre Orbiso, que sirve como inspiración de una historia escenificada con marionetas de papel maché. “Buscamos materiales con los que no hayan tenido oportunidad de trabajar y les resulten nuevos”, confiesa.
“El arte es el arte”, afirmaba Julen Maestro. Este joven, uno de los participantes del proyecto y creador de una de las marionetas, lo tiene claro: “Nos han enseñado a ver el arte de una forma distinta, el arte lo es todo”. Su compañero, Daniel Pérez, cuenta que el mundo artístico “no está ni bien ni mal”, y respaldando esta versión se encuentra Muniategiandikoetxea, que explica que no es un sistema de valores, sino que se trata de hacer, “y a todo el mundo le gusta hacer”.
El paso del tiempo es una de las cuestiones que recoge la obra de 25 alumnos del colegio Santa María, en Gasteiz. La transformación, la evolución y el cambio, tanto de estado como de lugar, son los resultados que han plasmado los estudiantes de segundo curso a través de diferentes fotografías, vídeos y esculturas. Y como no podía faltar el séptimo arte, los alumnos del colegio Vista Alegre de Sestao se han convertido en protagonistas de un cortometraje, una entrevista, un videoclip y un documental, todo creado por ellos mismos, desde la primera idea hasta la grabación final.
Mientras viven en el presente, los pequeños artistas que presumen de sus obras expuestas en el Museo Guggenheim piensan ya en repetir la experiencia, y quién sabe si en un futuro exhibirán su trabajo en la galería en la que años atrás lo hizo Andy Warhol con sus sombras.