bilbao - Durante los últimos 30 años José Antonio Villasante ocupó el cargo de gerente de la Sociedad Coral de Bilbao. Ahora, Iñigo Alberdi (Soraluze, 1973) asume el cargo, que define como “un proyecto apasionante”. Licenciado en Derecho y titulado en Pedagogía Musical y Clavecín, Alberdi abandonó en 2014 la dirección general de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, tras ocho años de labor, para afrontar nuevos retos.

Villasante fue gerente durante 30 años, ¿qué herencia ha dejado en la Coral?

-Ha dejado una estela impresionante. Estábamos en contacto porque yo entré en la Junta en junio del pasado año, para aportar lo que podía, viendo que la salud de Villasante era delicada. Como profesional siempre ha sido una referencia, y estando aquí te das cuenta que el legado que ha dejado es muy importante. Él inició muchos proyectos, como el conservatorio, que ha sido clave. A mí lo que me corresponde ahora es seguir la senda que él comenzó. Esta es una institución con 130 años de historia y, desde luego, en lo fundamental seguiré su ejemplo, aunque también me gustaría abordar proyectos nuevos.

También ha llegado Enrique Azurza en sustitución de Julio Gergely en la dirección artística.

-Azurza y yo hablamos todos los días. Al final ese binomio de director artístico y gerente es primordial. Tiene que ir todo de la mano, porque el proyecto artístico y el proyecto social desembocan en lo mismo. Enrique Azurza viene a sustituir a Julio Gergely, que ya tenía edad de jubilación y acabó su etapa. Con Azurza han llegado nuevas ideas y proyectos. Se trata de uno de los directores artísticos, a nivel de Euskadi y estatal, más prestigiosos, y estamos convencidos de que es la persona que más puede aportar al coro.

¿Cómo ha encontrado la Coral?

-Con una tradición importantísima a sus espaldas, muy consolidada, muy conocida en el entorno y en una situación muy buena, lo que no quita que los retos que hay por delante sean muchos. En esta casa confluyen dos realidades fundamentales que son los pilares del proyecto: los coros, de adultos, jóvenes y niños; y el conservatorio, con una educación de calidad y con alrededor de 450 alumnos. El objetivo clave es crecer en ambos, porque deseamos tener más cantantes en los coros y más alumnos en el conservatorio.

¿Cómo va a acercar más la Coral a la ciudadanía?

-Tenemos que darle un empujón importante para que sonemos a mucha más gente. El lema que manejamos es: “Queremos que te suene”. La Coral es una entidad importante en la ciudad y debemos hacer un esfuerzo para llegar a más gente, aunque notamos que somos conocidos y queridos. La gente joven es el público más difícil, por eso queremos potenciar la actividad que realizamos en el coro de niños y en el coro de jóvenes. Así, por ejemplo, el 5 de julio ofreceremos, dentro del BBK Live, un concierto versionando a los grupos que participan este año en el festival.

La Coral cumple 130 años, ¿cómo van a celebrarlo?

-Estamos elaborando una programación especial. Uno de los proyectos más importantes será el concierto extraordinario que tendrá lugar el 22 de septiembre, en el que nos dirigirá Erik Nielsen, director de la BOS. En general queremos utilizar todo el año para acercar la Coral y lograr repercusión y cercanía. El 7 de diciembre ofreceremos un concierto muy importante con la BOS en el Euskalduna, en el marco del ciclo Bilbao Puerto de Arte, en el que nos dirigirán dos directores: James Newton Howard, autor de bandas sonoras; y Fernando Velázquez, director y compositor. Además, el coro mixto cerrará el año el 22 y 23 de diciembre en el Euskalduna, y de nuevo junto a la BOS.

La colaboración con la BOS resulta clave para la entidad.

-Sí, en nuestro ADN está la BOS, y también el festival Musika-Música, los conciertos de Ziortza, cantar con la Sinfónica de Euskadi, el recital Gabonetako Soinuak... Queremos seguir participando en todos esos proyectos. Nuestra meta es incrementar la actividad, colaborar con otras orquestas y acrecentar el repertorio. Por eso, este año estamos trabajando la vertiente social de la Coral, y tenemos ideas como crear coros en algunos centros escolares.

¿Por qué tipo de programación van a apostar esta temporada?

-El objetivo general es ser más conocidos y, en cuanto a las piezas, el coro mixto, que es el que dirige Enrique Azurza, está muy centrado en trabajar temas a capella, sin instrumentos, para potenciar las cualidades del coro.

¿Bilbao es una ciudad con gran tradición musical?

-Sí, mucha. La ciudad cuenta con la temporada de la BOS, la Filarmónica, la ABAO, la Orquesta de Euskadi, la temporada del Arriaga... Todo ello conforma una riqueza que Bilbao mantiene y debe mantener, porque es muy enriquecedora para la ciudadanía.

¿En qué medida ha afectado la crisis a la Coral?

-Nos ha afectado porque los patrocinios se han reducido, aunque lo cierto es que ahora estamos en una etapa un poco mejor. En el conservatorio también se ha notado en las matriculas, pero como en todas las actividades culturales. A nivel institucional, la Diputación y el Ayuntamiento son compañeros de viaje imprescindibles, y tenemos por su parte una ayuda muy importante, aunque todavía nos queda mucho camino por recorrer.

Fue director general de la Orquesta de Euskadi durante ocho años. ¿Qué le aportó esa etapa?

-Fueron ocho años muy intensos y muy importantes en los que hice un trabajo que me gusta mucho, que es la gestión musical y cultural. Es verdad que esos ocho años fueron una experiencia clave, pero ahora siento que estoy en un lugar y en un proyecto precioso e ilusionante, y creo que aquella experiencia puede aportarme mucho en esta nueva etapa. Ahora no me imagino sitio más interesante para trabajar que en la Coral, por la raigambre del proyecto y por las muchas posibilidades que tiene de crecer.

¿Van a realizar alguna grabación a lo largo de este año?

-Acabamos de grabar la banda sonora de la película Zipi y Zape, y puede que el concierto del 22 de septiembre sea grabado.

¿Qué futuro le augura a la Coral?

-La Coral de Bilbao es parte de la ciudad, de Bizkaia y del acervo musical de Euskadi. El futuro que le espera es el futuro que entre todos le podamos dar, y este desde luego debe ser dinámico y brillante. Está claro que, en general, el mundo de los coros en Euskadi es uno de los mayores exponentes de la riqueza cultural que poseemos y, entre ellos, la Sociedad Coral de Bilbao ocupa un lugar clave. Desde un espíritu de colaboración con otros músicos y otros coros, debemos seguir siendo una entidad importante en la cultura, que está siempre en constante evolución.