londres - Alan Rickman, quien falleció ayer a los 69 años, fue durante más de tres décadas uno de los villanos más queridos y aclamados del cine británico gracias a la profundidad de sus recursos interpretativos, adquiridos en el teatro, y a su poderosa voz.

En la memoria colectiva ha dejado personajes con tintes de maldad como Hans Gruber, el abyecto adversario de Bruce Willis en Jungla de cristal (1988), el cruel sheriff de Nottingham que se enfrenta a Kevin Costner en Robin Hood: Príncipe de los ladrones (1991), y el ambiguo profesor Snape de la saga de Harry Potter. Su versatilidad también le permitió interpretar papeles amables como el músico Jamie en el drama Truly, Madly, Deeply (1991) y el humilde coronel Brandon en Sentido y sensibilidad (1995).

Rickman se casó en 2012 con Rima Horton, una profesora de Economía a la que conoció cuando eran adolescentes y con la que mantenía una relación desde 1965. El actor, que en alguna ocasión dijo que nació con la tarjeta del Partido Laborista bajo el brazo, fue un activo militante político, lo mismo que su mujer, que se ha presentado dos veces como candidata al Parlamento por esa formación. Rickman, a quien su participación en Harry Potter le aseguró en los últimos años legiones de fans, nació en el barrio trabajador de Acton, en el oeste de Londres, y trabajó como diseñador gráfico durante tres años antes de arriesgarse a abandonar su carrera para estudiar arte dramático.

su oportunidad Con 26 años, desde el estudio de diseño que había fundado en el Soho de Londres, escribió una carta a la Real Academia de Arte Dramático británica (RADA) que le cambió la vida. El prestigioso centro le concedió la audición que había pedido y le concedió una plaza tras verle interpretar un pasaje de Ricardo III, del dramaturgo inglés William Shakespeare. Su formación de teatro clásico le llevó a entrar en 1978 en la Royal Shakespeare Company, con la que encarnó a Aquiles, en Torilo y Cresida, Hamlet, y Antonio, en Antonio y Cleopatra, entre otros. Su primer éxito internacional llegó sobre las tablas, en 1985, con el personaje del vizconde de Valmont en una adaptación de Las amistades peligrosas que triunfó en el West End de Londres y en Broadway. Ya asentado en la escena cinematográfica ganó un BAFTA por su papel en Robin Hood.

Hasta 2011, interpretó en ocho ocasiones a Snape en la saga de Harry Potter. Rickman nunca recibió un Oscar, pero acumuló otros muchos galardones durante su carrera, incluido un Globo de Oro y un Emmy por Rasputin: su verdadera historia.