donostia - El actor gallego da vida a Carlos, un bancario que ve en peligro su vida y la de sus hijos en El desconocido, un filme en el que también le acompañan actores como Javier Gutiérrez, Goya Toledo y Elvira Mínguez. La película conquistó ayer al público del Velódromo.

¿Ha estado alguna vez tanto tiempo en un coche?

-Tanto tiempo seguido no. Por fortuna, me gusta conducir y me siento cómodo en un coche. Además, teníamos la ventaja de que cuando había muchas cosas fuera, el coche era un pequeño oasis en el que podíamos charlar tranquilamente mientras fuera había un caos total. Aun así, era un rodaje complicado, nos pasamos seis semanas metidos ahí y todo ocurrió en ese habitáculo.

¿Qué le atrajo de este proyecto?

-Cuando Dani me propuso la idea, no estaba escrito ni el guion. Me atrajeron dos premisas: por un lado, que trataría el tema de las estafas bancarias, que tenía que ver con el entorno social. Por otro lado, una estructura en la que un tipo recibe una llamada telefónica que le dice que tiene una bomba debajo del culo. Me pareció una mezcla fabulosa.

El filme muestra las consecuencias de las estafas bancarias...

-Es un aspecto crucial de la película, que parte de la indignación del director. Es una historia que surge del fracaso social, de la indignación pura hacia lo que ocurre con el sistema. Después, propone un ejercicio más divertido, ya que envía preguntas al espectador acerca de cómo funciona toda esa maquinaria. Como espectador te hace estar en permanente ejercicio. Acerca lo social de manera más aliviadora, ya que se trata de un thriller y no lo queremos ver como algo real.

¿Cómo ve la relación familiar de Carlos?

-Esta maquinaria hace que la gente se centre en objetivos profesionales, que piense en el éxito y olvide su vida social. No hay estímulos que nos alienten a tomar algo con nuestra familia, por ejemplo. La familia no tiene por qué estar siempre, hay que dedicarse a la gente a la que uno quiere. Carlos no se da cuenta de lo que tiene hasta que ve a sus hijos en peligro. El dinero en esos momentos no le sirve para nada.

Algo que le afecta mucho a su personaje es que no confíen en él.

-De la noche a la mañana te puedes convertir en un apestado. Y en el mundo del cine se ve eso claramente. Es fácil perder la dirección.

¿Cómo se preparó para este personaje con una evolución tan clara? Empieza siendo muy frío, pero al final explota...

-Traté de entender a este tipo y ponerme un poco de su lado, porque sabía que era el único que iba a hacerlo. Los referentes para un personaje como Carlos por desgracia son bastante familiares. Además, había algo de urgencia en la película, por lo que nos dejamos llevar en muchos momentos del rodaje; todo el tiempo estaba hablando con alguien por teléfono, tenía muchas conversaciones a la vez... Aprovechamos todos los detalles para crear tensión.

Aun así, su personaje aguanta bastante bien toda la presión que recibe.

-Carlos está acostumbrado a lidiar con la sangre fría. Además, a lo largo de la película se propone un ejercicio de juicio moral en el cual pasamos de ver a un hombre que está viviendo una desgracia a pensar que igual se merece un poco lo que le ocurre. Ha salido airoso de muchos terrenos conflictivos, ha mentido mucho y ha tenido una doble moral durante toda la vida.

En la mayoría de las escenas ha estado acompañado por los dos niños. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos?

-Ha sido muy placentero, son los dos maravillosos. Yo era consciente de que estábamos torturando un poco a Marco Sanz (Marcos), que tiene 9 años y estuvo sin salir del coche. Fue un profesional de altura. Con Sara, a quien encarna Paula del Río, la relación está más desarrollada. Fue muy bonito trabajar con alguien que está debutando en el cine, porque ves cómo lo viven. Además, es un privilegio ser testigo del nacimiento de una gran actriz como ella; lo que ha hecho es descomunal.

Estos últimos años no ha parado. ¿Seguirá al mismo ritmo?

-Al mismo ritmo no, pero seguiré trabajando. Este año ha sido especial porque he tenido atasco de películas. Ahora, dentro de menos de un mes, empezaré a rodar otro filme, Plan de fuga, con Iñaki Dorronsoro.