HACE ya cerca de cinco años, el cortometraje Birdboy desplegó sus alas en un viaje de altos vuelos hacia el Foyle Film Festival de Irlanda. En el camino, una extensa lista de paradas entre las que figuran el Zinebi de Bilbao, Barcelona, Palencia, Castellón, California, Nevada, México, Atlanta, Chicago...

Tras ellos llegaron los Goya de 2012, donde esta obra dirigida por el realizador vasco Pedro Rivero y el gallego Alberto Vázquez conquistó al jurado con una novedosa estética de animación en la que apuestan por un estilo infantil que encierra temáticas como la muerte, la contaminación ambiental o la drogadicción.

“Todos somos o hemos sido espectadores de un producto infantil muy naif, y el hecho de ver a esos mismos personajes haciendo cosas diferentes o teniendo problemas más adultos nos choca y al mismo tiempo nos fascina”, de esta manera resume Rivero el principal rasgo que hace de Birdboy un cortometraje diferente con una “iconografía infantil” pero dotado de una “temática perturbadora”.

Esa peculiar mezcla, aderezada con una estética cuidada al detalle y un ritmo pausado fue precisamente la que les valió el máximo galardón de su categoría en los Premios de la Academia de Cine. Ya sobre el escenario, estatuilla en mano, Vázquez pronunció - como si de un discurso se tratara- una tras otra las cifras del número de cuenta que esperaba albergar uno de los sueños de los directores: ahondar en el universo del pájaro que no podía volar y convertir Birdboy en un largometraje. Rivero confiesa que la iniciativa no obtuvo el éxito esperado, pero que el cabezón logrado en 2012 fue “la primera piedra” sobre la que comenzar a construir Psiconautas, basada en la novela gráfica homónima que firma Alberto Vázquez. “Cuando leí la novela de Alberto y hablamos, yo ya tenía en mente la idea de hacer un largometraje pero previamente pensamos que una de las etapas que podía ayudarnos era hacer antes un corto, es decir, que la idea del largometraje siempre estuvo ahí”, explica el realizador vasco.

Mientras comenzaba a germinar la idea de extender el universo Birdboy, el cortometraje logró colarse en la preselección de los Oscar, aunque en este caso con peor suerte, ya que no llegó hasta la selección final. Aún así, Rivero sigue mostrando a día de hoy su sorpresa por el “completamente inesperado” éxito del que gozó su obra: “Nunca pensamos que pudiera tener tanta repercusión, sí queríamos que se abriese una ventana para poder situar la idea del largometraje, pero no esperábamos que tuviese tanta difusión como ha llegado a tener”.

Ese inmejorable despegue fue, por tanto, el pasaporte para lograr el apoyo de Zircozine (productora de Luis Tosar y Farruco Castromán) junto a las productoras bilbainas Uniko, Abrakam y Basque Films. Juntas echaron a rodar esta metáfora audiovisual sobre el paso hacia la edad adulta. “Principalmente es una historia de aventuras adolescentes de dos personajes inadaptados en un mundo que aparentemente los rechaza, todo ello dentro de un desastre ecológico que hace que la vida de los protagonistas cambie y sea imposible volver a los supuestos iniciales”, apunta Rivero.

volar en libertad El título Psiconautas, una referencia a los llamados viajeros de la mente, habla también de manera indirecta sobre la necesidad de evadirse ante las situaciones a las que cuesta adaptarse, aclara el cineasta. Esas ansias de libertad son precisamente las que encarna Birdboy, un atormentado pájaro adolescente que desea huir del pueblo fantasma en el que vive y que ha quedado devastado tras un terrible accidente nuclear. Todos aquellos que le rodean tratan de infundir en él los ánimos para hacerlo, pero el protagonista no puede volar. “Esto es un contrasentido, una paradoja, ya que siendo un pájaro se supone que lo que tendría que hacer es volar; no obstante, a las personas nos pasa un poco lo mismo porque teniendo muchos elementos para disfrutar de la vida a veces parece que seamos incapaces de dar ese salto y enfrentarnos a los retos”, afirma.

Birbdoy y Dinki, una ratoncilla que pierde a su padre en el accidente, se encuentran en un mundo en el que sobreviven tratando de alienarse de su dolorosa realidad y terminan haciendo de sus ansias de escape y su necesidad de apoyo la razón para fraguar su unión.

El estreno de la película está previsto para finales de este año o principios de 2016, avanza Rivero. En ella han apostado por continuar con el mismo hilo argumental que se desarrolla en la novela, pero profundizando en numerosos aspectos y añadiendo nuevas escenas.

El duro proceso de llevar a la gran pantalla la novela gráfica de Vázquez es el resultado de una reflexión sobre los aspectos del lenguaje literario y su uso a la hora de narrar una historia similar en formato audiovisual. “Principalmente tienes que saber que dispones de un material que te gusta pero que no es suficiente, porque generalmente nos acostumbramos a que una historia se cuente en base a los hechos y nos olvidamos de la importancia que tiene la comunicación a través de la imagen y del sonido”, expone Rivero. En ese sentido habla de una “duplicidad de lenguajes” en la que la atención se centra no solo en los hechos, sino también en la manera de contarlos.

financiación Dentro del mundo de la animación para adultos, Psiconautas se aleja del público generalista, lo que podría dificultar en parte su distribución en el circuito de salas comerciales. “En el caso del cortometraje no cuesta tanto moverlo porque la financiación necesaria es relativamente pequeña y los canales de distribución no son generalistas, están más orientados a profesionales y aficionados”, sostiene. En el sector de los cortometrajes, por el contrario, Rivera confiesa que en numerosas ocasiones han tenido que hacer frente a la cuestión de a qué público va dirigida la cinta: “Todos te formulan la misma pregunta y cuando está claro que no tiene un público generalista y no va destinado a un público familiar se plantean qué ganan ayudando a hacer la película”.

Por ello, augura un recorrido similar para Psiconautas del que tuvo Birdboy, y confía en hallar una vía principal de difusión en festivales, canales temáticos y en la televisión por cable. Por el momento, este sueño internacional de raíces vasco-gallegas sigue aún en plena construcción, a la espera de poder volver a alzar próximamente el vuelo de nuevo.

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