bilbao - Una canción alegre y contagiosa, Geronimo, en homenaje al jefe apache (sinónimo de valentía y arrojo), ha encumbrado en las listas mundiales a Sheppard, en cuyo seno cohabitan tres hermanos. El sexteto presentará su debut, Bombs away (Universal), en el festival BBK Live, en julio.
Primer disco y logran un éxito internacional. ¿Sorprendidos?
-!Sí! Ni en nuestros sueños más locos pensamos que una canción que compusimos en nuestro dormitorio tuviera tal impacto.
Creo que sus padres escuchaban mucha música en casa, pero, ¿cómo empezó todo?
-Con un trabajo de la universidad donde estudiaba Amy, ya que le mandaron escribir y grabar una canción. Después de escrita, decidió hacerla con armonías diferentes. Cuando me oyó cantar en el baño de casa decidió que podría ayudarla. Lo hicimos y logró una buena nota. Como lo habíamos pasado tan bien componiendo juntos, decidimos continuar y escribir música pop con un tipo de Sydney con mucho talento, Jason Bovino, que era nuestro amigo desde hacía tiempo. Entre los tres hicimos muchas grabaciones. El resto es historia.
Se cuenta que les influyeron los gustos familiares.
-Nuestras influencias se basan en el pasado, en clásicos como Stevens, Fleetwood Mac, America, Eric Clapton y Elton John. Todos jugaron una parte importante en nuestra infancia y educación musical, y les damos las gracias a nuestros padres por ello. También han tenido mucho que ver en la música que escribimos hoy.
Australia ha dado múltiples grupos creados por hermanos: de Bee Gees a AC/DC...
-Para nosotros es un honor formar parte de algo junto a esos grandes.
¿Cómo creció el grupo hasta ser un sexteto?
-Habíamos grabado bastantes temas ya antes de la ampliación. Fue algo simple. Fichamos a Micheal Butler como guitarrista tras haber estado con nosotros como operador de la máquina de crear humo y al batería Dean Gordon. Y nuestra hermana pequeña, Emma, aprendió a tocar el bajo para entrar en el grupo.
Aunque variado en estilos, su debut no deja de ser un disco de pop ¿no?
-Exacto. Incluye algo de electrónica, folk, rock y jazz, pero es pop. Hay algo en él que sirve para cualquiera.
Sus canciones suenan frescas y juveniles. ¿Es también así su audiencia?
-Sonamos muy juveniles, aunque nos sorprende cómo tantos padres, madres y abuelos vienen a nuestros conciertos. Es gente de todas las culturas, edades y nacionalidades, y nos inspira saber que nuestras canciones llegan a diferentes formas de vida.
Le cantan al dolor, a las relaciones, a la pérdida y las rupturas, aunque siempre con alegría. Se advierte en canciones como ‘A grade playa’ y ‘The best is yet to come’.
-Creemos que es importante mantener viva la esperanza. Aunque la vida no siempre sea fácil, te irá bien siempre que seas capaz de ofrecer algo positivo. Y resulta terapeútico encarar las tragedias riéndose de ellas. El tema Let me down easy, por ejemplo, es triste y se refiere a una ruptura, pero la música y la producción son muy optimistas y divertidas.
Hacen música divertida y bailable, con múltiples coros. Imagino que en directo funcionan muy bien.
-Exacto, la gente acude a divertirse. Tienen mucha energía, cantan las canciones y aplauden. Es lo mejor para un grupo, salir al escenario y que la multitud se muestre entusiasta. Interactuamos con los fans.
En Estados Unidos han sido teloneros de la estrella pop Meghan Trainor. ¿Ha sido duro tocar para una audiencia que compra la entrada para ver a otro artista?
-A veces sí, pero no fue el caso. Fue muy bien. La música de Meghan es similar a la nuestra y eso hace que sus fans aceptaran nuestras canciones también. La mayoría no habían oído hablar de nosotros, pero acabaron cantando y haciendo palmas.
Nada sería igual sin ‘Geronimo’. ¿Qué pueden contarme de ella?
-Así es. Fue un jefe apache conocido por su valentía y por defender a su pueblo cuando más lo necesitaba. Su nombre se ha mantenido como una exclamación y se grita cuando alguien salta de un avión en paracaídas o desde gran altura. Es un grito de coraje y nuestra canción se refiere a atreverse a creer, a dar un salto de fe.
En el disco dan las gracias a quienes han comprado el trabajo en estos días de crisis y piratería. ¿Han llegado en malos tiempos?
-No creo que tengan que serlo, solo que se han producido muchos cambios en la última década y estamos experimentando cómo enfrentarnos a ellos a la hora de consumir música. Es la fase de reordenación. Spotify y otros servicios de streaming están ayudando a alejar al consumidor de la ilegalidad. Suscribiéndose, el artista también gana algo de dinero de sus canciones. !A ver cómo acaba todo! A pesar de que las ventas han caído, la escena de la música en directo está muy viva.
En Bilbao tocarán junto a Muse, The Jesus & Mary Chain, Ben Harper, Azealia Banks, Mumford & Sons?
-Estamos encantados de compartir cartel con tan grandes músicos. Somos humildes pero nos emociona lograr este éxito. Y no tenemos la intención de reducir la velocidad.