EL Casco Viejo acoge numerosos locales sin parangón en el resto de la ciudad, como es el caso del Kiosko Bilbao. Los adoquines de la calle Bidebarrieta conducen hasta su puerta, para adentrarse en un concepto original para la nueva cocina de diseño.

Una elegante terraza interior custodia una cuidada barra repleta de texturas, olores, sabores y colores. Son los pintxos del Kiosko, un regalo para los sentidos de quienes se dejan caer por uno de los locales más nuevos de la ciudad. Cada detalle es clave para crear una atmósfera que combina la decoración minimalista moderna con toques clásicos dejando como resultado un entorno acogedor a la vez que asombroso.

Junto a los pintxos en la barra dispone de una carta con elaboraciones al momento, como sus croquetas o los ya famosos calamares del Kiosko.

A mediodía, la vida del local invita a sentarse alrededor de las estéticas mesas de su comedor y probar su menú del día. De hecho, la oferta del Casco Viejo de Bilbao en menús del día es muy variada y amplia pero, sin duda alguna, Kiosko rompe por su alto nivel de elaboración y su repertorio gastronómico, único y de calidad.

Para aquellos que van más allá, la carta del Kiosko tiene una oferta abierta para todos los gustos, con platos que combinan la cocina de autor con la tradicional, conformando algo excepcional.

Entre las muchas composiciones destacan sus pescados y sobre todo, sus dulces. Para los más osados, la chuleta de vaca de 750 gramos, sabrosa y jugosa, se presenta como un delicioso reto dirigido a los amantes de la buena carne.