bilbao - ¿Son los restos de Cervantes? Falta la confirmación oficial, pero el equipo de científicos dirigido por el forense y presidente de Aranzadi, Francisco Etxeberria, que busca a Miguel de Cervantes en la iglesia de las Trinitarias de Madrid, donde fue enterrado, cree haber hallado los restos óseos del escritor y su esposa, Catalina de Salazar, según informaron fuentes cercanas al proyecto. De momento, el Ayuntamiento de Madrid todavía es reacio a confirmar y divulgar el hallazgo.

Los restos, disgregados y “en muy mal estado”, fueron encontrados junto con material óseo de varios adultos más en uno de los nichos de la cripta distinto al que contenía la tabla con las iniciales M. C. Los análisis de laboratorio externo parecen indicar que son los del padre del Quijote y los de su esposa. Las investigaciones apuntan a que la tumba analizada no es el punto de enterramiento del escritor en 1616, sino el lugar al que fueron trasladados sus restos óseos con posterioridad a 1673, cuando comenzaron las obras de remodelación de la iglesia, ahora catalogada como bien de interés cultural y ubicada en el madrileño barrio de las Letras.

Las pruebas con un espectrómetro de masas permitieron analizar la composición ósea y datar los restos de manera que coincidirían con los de Miguel de Cervantes, su esposa y otros individuos que fueron enterrados en la misma época, en localizaciones también comprobadas en la investigación. No obstante, el hallazgo no incluye el esqueleto completo de Cervantes sino huesos en mal estado.

Los trabajos de investigación comenzaron a finales de abril del año pasado, cuando el equipo de georradaristas liderado por el codirector del proyecto, Luis Avial, localizó cuatro sepulturas en la iglesia y la cripta con los nichos donde fueron localizados los restos.

Tras meses de gestiones para obtener los permisos pertinentes, el pasado 22 de enero comenzó la fase antropológica y una treintena de investigadores accedieron a la cripta, de unos setenta metros cuadrados y ubicada a cinco metros bajo el nivel del suelo, para la recuperación de los restos. Entre los que accedieron a la cripta se encontraba el alpinista Asier Izagirre, que se encargó de introducir el cableado de las microcámaras. Allí quedaron constatados más de 200 enterramientos, en su mayoría de niños, que permiten ampliar el conocimiento de cómo era el Madrid de los siglos XVI y XVII, ya que en este tiempo han sido descubiertas momias, ropajes y detalles que arrojan luz sobre los modos de vida de la época.

Análisis Una vez encontrados los que podrían ser los restos del autor del Quijote, comenzaría una nueva fase de análisis de las muestras. Miguel de Cervantes fue enterrado junto a su esposa Catalina Salazar con un modesto hábito de la orden terciaria y sin objetos personales o adornos. Para su identificación hay otras pistas: su gran nariz, el hecho de que solo le quedaban seis dientes y las señales que pudieron dejar en su esqueleto los dos arcabuzazos en el pecho y otro en la mano izquierda sufridos en 1571 en la Batalla de Lepanto.

Pero, todo depende, por supuesto, del estado en el que se encuentren los restos y si son los encontrados estos días, no parece que se hallen en muy buenas condiciones. Médico forense, con más de 200 exhumaciones de fosas de la Guerra Civil a sus espaldas, profesor y presidente de la Sociedad de Ciencias Aranzadi... Francisco Etxeberria (Beasain, 1957) ha participado, entre otros muchos casos, en la identificación de los restos de Lasa y Zabala, en el análisis de los restos del presidente chileno Salvador Allende y en el informe pericial de la desaparición de los hermanos Bretón, en el que rebatió a las autoridades que los huesos descubiertos en la finca no eran de animales, como algunos dijeron, sino humanos. La inquietud y curiosidad de este forense vasco le ha llevado a aceptar esta aventura, dirigiendo esta segunda fase del proyecto centrada en la recuperación y análisis del material para cotejar después su posible correspondencia con los del escritor.

En una entrevista con este periódico hace meses, Etxeberria explicaba que si se encontraban los restos, “serían analizados en el laboratorio de la Universidad del País Vasco y son varias las universidades que se han mostrado interesadas en colaborar. Llegado el caso, no faltarán alumnos de nuestra universidad que colaboren en el proyecto”.