POR decorar la casa. Con ese afán, tan cotidiano, el matrimonio Ipiña-Bidaurrazaga comenzó la que hoy es una extensa colección de arte contemporáneo vasco, que supera las 600 obras y que la pareja nunca duda en compartir en sociedad. La última muestra de su valioso patrimonio artístico puede visitarse en la Sala Rekalde de Bilbao, hasta el próximo 12 de octubre. Bajo el título Memoria de la diversidad. Expediente I/B, el crítico de arte Xabier Sáenz de Gorbea se ha encargado de comisariar esta exposición.
Admite que seleccionar las 90 piezas que la componen ha sido una tarea “realmente complicada”, si bien ha contado con el asesoramiento de los Ipiña-Bidaurrazaga (cuyas iniciales responden al a priori enigmático título Expediente I/B). “Aún así, seguro que he traicionado a muchos artistas que les habría gustado participar en esta exposición”, se excusaba Sáenz de Gorbea, ayer en la inauguración de la muestra en la Sala Rekalde. El número de piezas seleccionadas no es baladí, pues la cifra es un guiño a la edad con que falleció hace una semana Nestor Basterretxea. “A él le dedicamos esta muestra, era un gran amigo”, recalcó el matrimonio, que contenía a duras penas la emoción al recordar al artista.
Memoria de la diversidad incluye una muestra de la prolífica obra de Basterretxea, junto a creaciones de Oteiza, Chillida, Sistiaga, Zumeta, Ibarrola, Amable Arias, Iñaki Sáez, Esther Ferrer, Darío Urzay, Andrés Nagel, Ana Laura Aláez, Naia del Castillo... y un largo etcétera. El comisario quiso reseñar asimismo la obra de la pintora Mari Paz Jiménez. “Al igual que ella, todas las mujeres tuvieron -tienen- dificultades para mostrar su obra; y quizá no formó parte de la Escuela Vasca precisamente por su condición de fémina”, señaló. “La vanguardia de nuestro arte se refleja en esta muestra”, valoró Sáenz de Gorbea, quien ensalzó la labor de esta pareja de apasionados del arte, pues gracias a ellos “gran parte de los representantes del arte contempóraneo vasco puede seguir desarrollando su aventura artística”.
En esa línea, la Diputación Foral de Bizkaia busca “rendir homenaje” a este matrimonio afincado en la comarca de Arratia. La pareja almacena sus adquisiciones en casa, aunque exponen en varios museos y galerías. En 2010, cedieron 53 piezas al Museo Artium de Gasteiz. Atesoran sus obras gracias a un sistema de mensualidades con varias galerías. “Nuestro interés por el arte nos llevó a conocer a los artistas, nos sumergimos en su mundo mágico”, comentó el tándem I/B.
Cuidado contraste A la hora de elaborar el “discurso” por la vasta y heterogénea historia del arte contemporáneo vasco, Sáenz de Gorbea ha cuidado de manera especial la geometría, la disposición de cada pieza. “He procurado que las obras se puedan contemplar al unísono, en armonía”, aclaró. Al mismo tiempo, ha propiciado el contraste entre paisajes urbanos y rurales, retratos autómatas y de aires renacentistas, insinuaciones sofisticadas y catacumbas o “mundos internos” desasosegantes. Toda esa riqueza y diversidad artística discurre en un armónico orden “temporal y conceptual”, distribuida en diez capítulos (Generación de la posguerra, Escuela Vasca, Neo Figuraciones, Nuevos Geométricos, (Otras) Actitudes Reflexivas, Neoexpresionismos y Transvanguardias, Geometrías Débiles, Retratarse, Miradas Inquietantes y Arte Proyectual). El periplo comienza con las manos entrelazadas de Julio Beobide y concluye con la vídeo-animación Ambientes hostiles de Txuspo Poyo, todo un signo de los tiempos actuales, “hostiles”, reiteró el comisario.