MIENTRAS se solventa la polémica por los derechos de Black Fag, su antiguo vocalista, Keith Morris, se afana en recuperar el tiempo perdido con este combo desde 2010 con colegas de Redd Kross y Rocket from the Crypt. De su 2º CD, lo mejor que se puede decir es que "respira" la adrenalina, mala hostia y filosofía de los mejores pasajes de la "banda madre". Su repertorio -16 cortes tocados en poco más de 23 minutos- suena como si se hubiera grabado en la bajera, mientras ensayaban, a toda pastilla, con crudeza, velocidad de órdago y una voz recia que escupe mandobles a diestro y siniestro contra los poderosos. Gran disco de punk y hardcore.
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