Bilbao

Son los raritos de la estantería, el verso suelto del mundo de la literatura, del mundo del arte y del mundo editorial. Tienen el imán de lo difícilmente clasificable. Por eso molan. Y por eso tienen muchos acólitos y otros tantos detractores. Se trata de las criaturas de la editorial bilbaina Belleza Infinita, una firma que nació en 2002 con el objetivo de cuestionar los límites de la experiencia estética. Son libros en los que tienen cabida autores que están fuera del circuito convencional, a veces incluso de cualquier tipo de circuito... Son volúmenes que nacen con vocación de ser una obra de arte en sí, pero eso sí: accesibles para gentes de mente ávida y bolsillo ajustado.

Garikoitz Fraga es quien está al frente de Belleza Infinita. Este bilbaino tiene el olfato y el valor necesarios para materializar bellos ejemplares con los trabajos de creadores insólitos que en muchas ocasiones ni siquiera se habían planteado la idea de lanzar un libro con su obra. Ahí está, por ejemplo, Violencia y terror, una publicación que recopila los inquietantes y geniales dibujos que elaboraba en su garita Rubén Garzás, un bedel de un instituto. O los Pornotapados, que recogen las obras de Paloma Blanco, una artista que pinta sobre las fotos de revistas porno de los setenta. También son espectaculares los dos libros en Bla bla bla, concretamente La metamosfosis, de Kafka y Los veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Pablo Neruda, ambos traducidos sustituyendo cada sílaba con un bla... O las desconcertantes viñetas elaboradas por Piru que plasman las aventuras de Los pitufos vascos con ilustraciones clavadas a los garabatos que hacen los niños. Y así todo el rato. Todos ellos y muchos más recogidos en cuidadas ediciones que son auténticas curiosidades, unas raras avis que presiden las baldas más exigentes, sibaritas y alternativas.

"En el mundo del arte está, por una parte, el formato catálogo que hace referencia a exposiciones, y por otro, libros de artistas con tirada limitada y precios caros. Yo lo que quería era hacer libros artísticos con precios ajustados al mercado del libro y que se distribuyeran en todo tipo de librerías y con tiradas ilimitadas", explica Garikoitz. El resultado de la concienzuda labor de este editor son tomos de calidad, atractivos, y que constituyen propuestas imposibles de encasillar. "Son libros que en circuitos de arte no terminan de encajar. Ni en tiendas de cómics, ni en galerías... Pero esa es la gracia. Ese es el objetivo: plantearse dónde está el límite de lo bello, plantearse los géneros y los convencionalismos", expone.

'La estrella del zoo' La cuestión es que la idiosincrasia peculiar de estos libros artísticos es precisamente su gran virtud, lo que los convierte en "en la estrella del zoo", según palabras de Garikoitz. "El no acabar de ser ni una cosa ni otra nos permitirá introducirlos en muy diferentes comercios: librerías, tiendas de objetos especiales, galerías? Y participar lo mismo en ferias de arte o de libros que en salones de cómic, festivales de poesía, etc", explica.

No corren buenos tiempos para la cultura. La crisis ha hecho mella en las economías y la gente se lo piensa dos veces antes de dejarse los cuartos en una obra de teatro, una exposición o una novela. Los inclasificables de Belleza Infinita no son ajenos a esta realidad. "La crisis se ha notado", explica Garikoitz. "Es algo que se nota mucho en las ferias, que es donde estás en primera línea. La gente tiene ganas pero no dinero. Y hay librerías que han cerrado y te han dejado un pufo...", explica. No obstante, este editor asegura que se puede vivir de una editorial tan especial como esta. "Sí, se puede. Como no tengo un BMW...", dice encogiéndose de hombros. "Lo que no ganas en dinero lo ganas en el hecho de que estás haciendo lo que te gusta", subraya.

Belleza Infinita tiene claro que seguirá apostando por estos libros artísticos. Garikoitz Fraga no tiene intención de editar propuestas convencionales. "No me pone", asegura tajante. Y no da demasiadas pistas de los títulos que tiene sobre la mesa para que vean la luz en breve. "Los próximos van directos al abismo", ríe. Pero se le encienden los ojos cuando adelanta algún detalle de uno de los lanzamientos venideros: Insomnia, de Joseba Eskubi, que recogerá pinturas que ha ido haciendo este artista sobre las imágenes de cuadros de catálogos de arte, y en el que Garikoitz ha invertido dos años digitalizando y limpiando de pelos de pincel las obras realizadas en pintura plástica.

los más vendidos Y es que, dar forma a estos libros puede suponer mucho, mucho tiempo de curro. Ahí está el caso del libro de Los pitufos vascos. Garikoitz tardó casi un año en localizar a Piru, el autor, que llevaba tiempo vendiendo estas historietas por oficinas y tiendas de Bilbao, a razón de cuatro hojas fotocopiadas por un euro. Una vez que contactó con él llegó la ardua labor de limpiar y adecuar todas esas imágenes. Belleza Infinita cuenta cada vez con más seguidores y tiene títulos que han tenido una gran aceptación y que son los que más se venden, como son el ya citado Pornotapados o Hervir un oso, una avalancha de historias sorprendentes de la mano de Jonathan Millán y Miguel Noguera. También son best seller los Cuadernos que lanza esta editorial en los que los renglones no siempre siguen las normas convencionales e invitan al escribiente a experimentar nuevas formas de escritura o dibujo.

Y así, con propuestas tan arriesgadas como divertidas y rompedoras, Belleza Infinita avanza en su apuesta por democratizar el arte. "Estos libros son una obra de arte que puedes disfrutar en cualquier lugar y por un precio ajustado. Es como una exposición itinerante que dura años", concluye Garikoitz.