'Arte-lugios' híbridos
Estudiantes de Bellas Artes de la UPV exponen en Bilbao un centenar de obras
Bilbao. Barquitos que según su posición en un mar acotado emiten distintos sonidos, una bandera mundial corroída colgada del techo, una vieja cámara kafkiana, un artilugio con forma de ballesta que sirve para construir nidos... Las propuestas artísticas de la muestra de arte audiovisual Visual y Sonora son variopintas y "cada vez más multidisciplinares", según apunta Josu Rekalde, decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y comisario de esta exposición, que celebra este año su edición número 25.
La muestra, de entrada libre, puede visitarse hasta el próximo 15 de enero en la sala de exposiciones de la Fundación BBVA, ubicada en la bilbaina plaza de San Nicolás.
Se compone de unas 100 obras creadas por alumnos de los últimos cursos de Bellas Artes. Más de la mitad (57) corresponde a vídeos (vídeocreación, animación y ficción), y se completa con catorce instalaciones y una serie de nueve fotografías. La primera selección, de unas 300 obras, se ha realizado en base al criterio del profesorado del Departamento de Arte y Tecnología de la citada Facultad. "Después se acomete una segunda criba en función de cómo pueden adaptarse al espacio expositivo de la Fundación", aclara Rekalde.
"Para muchos estudiantes se trata de su primera exposición como artistas", valora Juan Pablo Orduñez, alumno de doctorado y uno de los organizadores de la muestra en las últimas ediciones. Cuando estudiaba en la Facultad, también tuvo la oportunidad de mostrar su obra al público a través de esta iniciativa, que cuenta con la colaboración de la Fundación BBVA. "La ubicación de la exposición es muy buena, cualquier persona que pasee por el Casco Viejo puede entrar y ver tu obra", comenta.
Agradece asimismo la inclusión de las obras de artistas invitados y el respaldo de estos al proyecto. Esta práctica se desarrolla desde 1992, y según destaca Rekalde, el hecho de contar con creadores ya consagrados aporta un valor añadido a la muestra. "El feedback con los artistas invitados es uno de los aspectos más interesantes de esta iniciativa; pues además de tener la oportunidad de descubrir su obra de primera mano, quizá lo más importante sea conocer su opinión acerca de las creaciones del alumnado", añade Orduñez.
En la presente edición se ha invitado al tándem artístico formado por Christa Sommerer y Laurent Mignonneau y a Andy Gracie. Este último participó el pasado miércoles en la primera sesión de un ciclo de charlas sobre arte y ciencia. Bajo el epígrafe Overload, se trata de una de las novedades de este año, y se prevé que las mesas redondas entre alumnos, artistas y profesionales de otros ámbitos trascienda esta muestra y se desarrolle a lo largo del próximo año, tal como adelantó Rekalde. Después de las reflexiones en torno al arte y a la biología -de la mano de Gracie, la bióloga Carmen Marín y el artista Jaime de los Ríos-, el próximo debate será en enero y versará sobre arte y matemáticas.
‘Tecno-reflexiones'
Uno de los principales cometidos de Visual y Sonora es aunar el arte y la tecnología. La obra Albedrío, de Agustín Abrisketa, puede ser un ejemplo de ello. Una suerte de barquitos (piezas de hardware) navegan por un espacio delimitado y, gracias a un programa informático de código abierto, emiten un sonido diferente según su posición. "Combino el lado tecnológico -el diseño del software- con el poético, pues la obra es una metáfora de que el supuesto libre albedrío está limitado", explica su autor.
Mar de Dios expone una pieza (600m 2min) autobiográfica. Basándose en la separación de sus padres, ha realizado una instalación de vídeo y una pieza que consta de una máquina de escribir cuya función no es plasmar la palabra sobre papel, sino deshilachar una simbólica bufanda que cuelga de la pared.
A través de la fotografía S/T Azkorri Play, Jon Ander García Benítez busca "activar lugares deshabitados", explica Orduñez; mientras que los Nidificadores de Xabier Dobaran emplean la tecnología -un artilugio para crear nidos- "con el objetivo de reflexionar sobre el mismo concepto, el de habitar".Por su parte, Josu Rekalde asegura que tanto la tecnología como el arte "han evolucionado muchísimo; desde luego, lo que hace 25 años se calificaba de Nuevas Tecnologías ya no se le puede considerar como tal, porque forma parte de la vida cotidiana". Esa es, precisamente, la expectativa que alberga el comisario de Visual y Sonora para la extraña pareja del arte y la tecnología.
Empero, reconoce que aún existen "bastantes reticencias" al respecto. "Gran parte del mercado del arte sigue siendo muy tradicional, aún somos reacios a comercializar con obras basadas en la tecnología". A su juicio, el arte contemporáneo, pese a haber evolucionado en su relación con lo tecnológico, "aún se limita a las proyecciones e instalaciones de vídeo". Con todo, "dentro de poco nadie se preguntará con qué o cómo está hecha una obra, pues (la tecnología) estará totalmente integrada en ella", vaticina.