bilbao. Han permanecido varios meses en los talleres curativos del Bellas Artes, donde han recibido los cuidados especiales de los expertos restauradores del museo, pero ayer ya estaban listos para presentarse en sociedad en todo su esplendor. El Bellas Artes de Bilbao ha restaurado este año dos pinturas de los artistas vascos Aurelio Arteta y Rafael Balerdi, dos tablas góticas del siglo XV, pertenecientes a Nicolás Solana, y seis dibujos de Joan González, hermano del célebre escultor Julio González. Y lo ha hecho gracias al patrocinio de Iberdrola, que ha ampliado este año su compromiso con el museo al apoyar el programa anual de conservación y restauración de obras de arte de la colección. Al acto de presentación asistieron, en su doble vertiente como diputado general de Bizkaia y presidente de la Fundación del museo, José Luis Bilbao; la diputada foral de Cultura, Miren Josune Ariztondo; el presidente de la Fundación Iberdrola, Manuel Marín; el director del museo, Javier Viar, y el jefe del Departamento de Conservación y Restauración, José Luis Merino.

Para devolver a las obras toda su belleza original, oculta por los años, los restauradores han utilizado técnicas de análisis como la luz ultravioleta, que aporta información sobre los elementos de la superficie de la obra, la reflectografía infrarroja, que les ha permitido investigar a niveles profundos de la capa pictórica y visualizar el dibujo. Y radiografías y estudios estratigráficos, que les ha aportado una información muy precisa de las diferentes capas que componen la materia pictórica y su disposición y el modo de trabajar del artista.

Las grandes dimensiones de Pórtico de Aurelio Arteta, un lienzo de dos más de metros de altura y casi tres metros de ancho, han determinado la dificultad del tratamiento. Según explicó José Luis Merino, "el bastidor presentaba fracturas, ha habido que limpiar la suciedad y el barniz oxidado y reintegrar diminutas pérdidas de pintura. Además, se ha aplicado un barniz de protección".

De Balerdi (Donostia 1934-Alicante 1992), un artista muy representado en la colección del Bellas Artes, al igual que Arteta, se ha elegido Cardenal I, un espléndido lienzo de casi dos metros de altura. Ha sido preciso desinfectar su bastidor de carcoma. Para asfixiar a los insectos se ha utilizado la técnica llamada anoxia, que consiste en introducir la obra de arte en una especie de burbuja de plástico, de la que se extrae el aire y se sustituye por argón. "Son técnicas que no son tóxicas, que no dejan ningún tipo de residuo", explica Merino. Además, se ha empleado calor y vapor para ablandar adhesivos y corregir deformaciones.

mayor dificultad Pero, quizás, las obras que han supuesto una mayor dificultad han sido las dos tablas góticas de Nicolás Solana, La Ascensión y Noli me tangere, de la escuela aragonesa y fechadas en el primer tercio del siglo XV. Ambas, que forman parte de un retablo del que no se ha encontrado ninguna otra pieza más, entraron a formar parte de la colección del museo en 1927 y ya entonces habían sido sometidas a varias restauraciones. El Departamento de Restauración del museo ha tenido que realizar una limpieza de los estratos superficiales y proceder a la reintegración cromática en varias partes del cuadro, entre otras actuaciones.

Por último, se ha intervenido en seis de los 116 dibujos que posee el museo pertenecientes a Joan González (Barcelona 1868-1908), un espléndido dibujante cuya obra quedó ensombrecida por la trayectoria escultórica brillante de su hermano.

Ayer también se anunció que, a los ámbitos educativo y de conservación patrimonial con los que la Fundación Iberdrola colabora con la actividad del museo, se suma ahora el de formación, al anunciar la primera convocatoria de la Beca Fundación Iberdrola-Museo de Bellas Artes de Bilbao. La convocatoria está dirigida a diplomados o licenciados en restauración. Tendrá una duración de 10 meses y una dotación económica de 15.000 euros.