Bilbao

Coincidiendo con tres conciertos que ofrecerá en Barcelona, Burgos y Madrid, Franco Battiato, uno de los músicos europeos más inclasificables de las últimas décadas, publica Ábrete sésamo (Universal), disco de letras metafísicas y existenciales fieles a su filosofía vital, donde las referencias al tiempo, la vida, el dinero, la libertad y la necesidad de transformación se confunden con la música clásica, el pop y la experimentación. "La inspiración es un misterio sublime y este álbum nació con buena estrella", asegura Battiato, que ha contado con J, líder de Los Planetas, en su adaptación al castellano.

Iconoclasta, inclasificable y existencialista a la vez que accesible, Battiato ha hecho bailar y pensar a millones de ciudadanos europeos en las últimas décadas con canciones inolvidables como Centro de gravedad, La estación de los amores, Yo quiero verte danzar, Bandera blanca, Cuccurucucu, Otra vida o El animal, en la que cantaba "el animal que yo llevo dentro no me ha dejado nunca ser feliz/me roba todo, hasta el café, me vuelve esclavo de mis pasiones/sin desistir jamás y nunca esperar, el animal que yo llevo dentro te ama a ti".

Esta semana se edita Ábrete sésamo, disco ya editado en Italia -Apriti sesamo- el otoño pasado y que vuelve a ofrecer el soporte lírico de las letras del filósofo Manlio Sgalambro. Como exótica novedad, Battiato ha contado con Jota, cantante de Los Planetas, y Manu Ferrón, colaborador del granadino en su proyecto paralelo Grupo de Expertos Sol y Nieve, en la adaptación al castellano de las letras del álbum. Jota y Ferrón, fervientes seguidores del autor de Nómadas y que ya habían versionado su canción Personalidad empírica, viajaron hasta Milán para realizar su trabajo.

El nuevo disco de Battiato, que incluye colaboraciones de Simon Tong (guitarrista The Verve, Blur y Gorillaz) y de Gavin Harrison (batería de Porcupine Tree y King Crimson), se edita tres años después de Inneres auges y es un CD de tiempos medios, donde la coartada del estribillo pop sigue contaminada de melodías accesibles, letras alejadas de lo banal y arreglos que fluctúan entre los sintetizadores deudores de la electrónica y la tradición de la música clásica en sus instrumentos de cuerda. De los pasajes operísticos de Un irresistible reclamo al teclado soul de Cuando era joven, pasando por la electrónica Estabas conmigo, la casi bailable Pasacalle o un Pliégate junco que oscila entre lo lírico y orquestal, y el brío del rock.

"La inspiración es un misterio sublime, llega cuando menos se la espera y este álbum nació con buena estrella, aunque es difícil predecir las canciones que resistirán el paso del tiempo. En el pasado mi canción L'animale pasó totalmente inadvertida, pero tiempo después, a través del boca a boca se convirtió en un éxito", ha explicado Battiato, que en el CD realiza guiños a Santa Teresa de Jesús, Dante Alighieri y a Rimsky-Korsakov. A sus 67 años, "feliz con mi vida", defiende también la necesidad de tocar en vivo. "Los grandes músicos que tengan la energía y el deseo de mostrarse, de hacer giras, es justo que lo hagan", aclara.

oscuridad y luz Ábrete sésamo, que en ocasiones se muestra como una huida nostálgica hacia la infancia y la juventud perdida frente a la oscuridad de este milenio, trata sobre la vida y, por ello, confronta sombras y luz, y le canta a las tentaciones "que nos inundan" y nos convierten en "detritus humanos", a la vez que aboga, frente a la incertidumbre, por "seguir a nuestra conciencia y a sus normas", así como por "la continua exploración y transformación" porque "no vale la vida si no hay osadía". Battiato se ve "lejos de ser un músico de elite", aunque muchos así le consideren. "Me molestan quienes solo buscan ser los primeros en la tabla de posiciones y me pregunto qué sentido tiene. Si tuviera que escribir cosas de serie b, dejaría todo de inmediato. Prefiero volver a hacer música experimental, siempre me ha gustado investigar", concluye.