Bilbao
tras un debut discográfico positivo y viajero, Toubkal (Iban Gorriti, Durango, 1970) acaba de publicar su continuidad, un Nights of fun (Fragment Records), tan alegre y vivo como el anterior, repleto de sonidos vívidos y con sabor a fiesta y farra nocturna. "Es una terapia alegre y gamberra" contra la situación actual que nos acogota, asegura el cantante vizcaino sobre un trabajo modesto pero en el que han participado decenas de músicos del herrialde y que suena a power pop mecido por melodías surferas e influenciado por Marley, Ramones y Lennon.
Apenas un año después de Days of van, el exmiembro de Martxoak 31 reincide, escondido tras el proyecto Toubkal, término que en bereber significa "aquel que cree en la tierra" o "la tierra que habla". Gorriti destaca que "es un proyecto propio, un capricho sonoro muy caro para mi hijo, moza y para mí", ya que dice haber invertido "casi 3.000 euros propios"; y eso tirando de amigos.
Amigos no le faltan a este periodista y músico, que ha contado con apoyo de medio centenar de músicos de Bizkaia, entre ellos peña de Zea Mays y Seiurte, para la confección de un disco que se muestra cristalino desde su título. "Está hecho íntegramente de noche. Por trabajo o vida familiar, solo he podido restar horas al sueño y ha merecido la pena aunque todavía esté bostezando", asegura Gorriti a DEIA. De noche y entre risas, sí, porque el disco alude a la diversión. "Son canciones positivas, una alternativa y terapia musical a las noticias diarias que nos hacen sentirnos parte de esta mala época que estamos viviendo", apostilla.
Gorriti defiende que "necesitamos personas de sangre caliente y creativas, y el trabajo, por ejemplo, está creando demasiados responsables con el corazón congelado". Por ello, propone "una píldora de Toubkal", cuyo disco, con "portada de lujo" de Javi Ruiz Arregui "Txori" y un curioso y pionero formato DVD, pasa por ser "un proyecto único porque las canciones han ido creciendo en el estudio, sin ensayos". Como el anterior, fue surgiendo "como una casa por el tejado, pero es todo un tesoro gracias a la magia de grandes profesionales", según su impulsor.
El cabroncete de Gorriti no se moja a la hora de definir su trabajo. "De música no te voy a decir nada. Sueño con leer a críticos especializados que opinen (acierten o no) de cada una de las canciones", explica con ironía. A riesgo de meter la pata, comparte naturalidad, concisión, espíritu artesanal y sencillez con el anterior, pero frente a aquel, que su autor define como "un bebé, tranquilo y calmo", Nights of fun muestra a un txiki ya con dos años. Por eso suena "gamberro, alegre, divertido, vitamínico, efervescente y transmite buen rollo".
Planteado como los anteriores vinilos, muestra una virtual cara A de sonido más eléctrico y energético, con hechuras power pop en temas como Ramones go to universe, su oda reverencial a Ramones, y Days in van (fun), y muestra casi siempre olor a salitre, como confirma Surfin Laga. El disco, que incluye una versión de The Unfinished Sympathy, el "grupo favorito" de Iban, compartida al micro, se torna más acústico en su segunda mitad, en la que destaca Aiur in Furgowagen, la trompeta de Tarantino in Costa Nova o el acordeón y los "sha la la" de Swimming pool skies. Alíñenlo todo con guiños antifascistas en el único corte en euskera y a Lennon, Ramones, el Getxo Sound, Víctor Jara y a Marley -a Is this love? y Redemption song-, y queda un álbum de factura modesta pero que busca -y logra- la sonrisa, el baile y el compartir. Iban, alto sí; y grande, también.