bilbao. Los reagrupados Trogloditas están más vivos que nunca y rescatan lo mejor de su discografía con nuevos instrumentistas y dos de sus miembros originales, el bajista Simón Ramírez y el batería Jordi Vila, que estarán hoy en Santana. Este último jura que "nadie que nos ve en directo echa en falta a Loquillo".

¿Cómo surgió la idea de resucitar al grupo?

Todo surgió a raíz de nuestra actuación en el homenaje a Guille Martín (troglo fallecido), que se hace en Zaragoza. Solicitamos la ayuda de Diego García, al que hacía poco que conocía y que me está echando una mano con sus clases de guitarra.

Solo hay dos miembros originales.

Ni Ricard ni Taker se animaron con sus guitarras. En Zaragoza ensayamos en la habitación del hotel, sin amplificación ni batería y, pese a eso, los dos temas salieron muy bien. A la mañana siguiente o a los pocos días pensamos que sería buena idea juntar a los Troglos, aunque no estuviéramos todos, y tocar temas de la primera época, la que más nos gusta.

Loquillo les ha puesto a parir. Nos dijo en una entrevista que tienen nostalgia y que esas canciones son ya pasado.

Personalmente no me constaba que el Loco hubiera hablado mal de nuestro proyecto, pero no he dudado de que no le iba a hacer ninguna gracia. Si no habla más (mal) es para no hacernos publicidad. A Sabino ya le comuniqué en su momento que íbamos a juntarnos y que la base de nuestro repertorio, al menos al principio, serían sus canciones.

¿Qué le dijo?

Que no había ningún problema pero que no contáramos con él para colaboraciones. No entiendo muy bien las razones por las que dice que estas canciones "son el pasado" porque el Loco, hasta hace relativamente poco, ha tocado temas antiguos y Sabino se ha subido varias veces al escenario con él. Es cierto que no son precisamente temas nuevos, pero son buenos, no tienen fecha de caducidad, nos divierte tocarlos y a la gente parece que les gustan.

Hábleme de sus nuevos compañeros.

Además de Diego, está el guitarrista Toni Retamosa, que ha tocado conmigo en La broma de Ssatán, Romeo 13 y Punk guerrilla. Aposté por él porque aparte de por cómo toca y su actitud, merece estar en una banda de la que era fan y a la que vio en su primer concierto de rock and roll.

¿Y lo de 'Lobo'?

Lo de Lobo a la voz fue más complicado. Al principio barajamos la disparatada idea de que cantara yo, sin dejar de tocar la batería. Me hubiera dado un soponcio... Tras pensar otras opciones me acordé de que el Lobo se había ofrecido muy al principio, cuando le conté el proyecto. Tuvimos la suerte de que aceptara porque es un lujo de cantante y mejor persona.

Rescatan algunos de los mayores éxitos del grupo pero no se quedan ahí.

Nos gustan más los primeros discos y ahí es donde elegimos. Es una manera de evitar que sea un repaso de grandes éxitos y limitando el número de temas se ha hecho más fácil la elección. No hemos pretendido hacer un tributo, sino dejar que fluyera la energía de la nueva formación y de las diferentes personalidades y formas de tocar de cada cual, por lo que al final todos los temas suenan diferente de los originales y, en algunos casos, diría que casi irreconocibles a los primeros compases.

¿Cómo vive el fan los conciertos? ¿No echan en falta la voz y la personalidad del 'Loco'?

Están siendo muy buenos y sonamos como en los mejores tiempos porque se nota una buena química. Parte del público está algo reacio al principio, no se acaban de creer que esto tenga la caña de los buenos tiempos con el Loco. Pero se les quitan los prejuicios pronto, cuando ven el buen feeling y un sonido a banda de rock de verdad. Es cierto que el Loco tiene una voz personal y una manera de aprovechar sus recursos muy auténtica pero Lobo no necesita imitarle; tiene su propio estilo y un registro y una cultura musical brutales. Al final, nadie que nos ve echa en falta al Loco, al menos que yo sepa.

¿Hay planes de futuro? En 2013 se cumplirán tres décadas de la creación de Trogloditas.

La idea es que estos temas de ahora sean el principio de un proyecto en el que vamos a incorporar canciones, que podrían ir en un posible disco. La banda está más viva que nunca y aunque es cierto que el momento no es bueno -y menos para el rock'n'roll-, ensayamos a diario y estamos ya montando temas nuevos. La mejor manera de celebrar esos treinta años es continuar dándolo todo en los escenarios, disfrutar y hacer gozar a la gente que nos quiere. Y trataremos de convencer a base de buen rock a los más escépticos. Esto sigue adelante.