Donostia. ¿Existe un proyecto cultural para Tabakalera? El Gobierno vasco, que financia el 25% del Centro Internacional de Cultura Contemporánea de Donostia, sostiene que no, y por eso propuso unir el destino de la antigua fábrica de tabacos de Egia al equipo de 2016, que confecciona el programa de la capitalidad cultural europea. El Ayuntamiento de Donostia y la Diputación de Gipuzkoa, que preside el consejo de administración, defienden que sí, y apuestan por el documento que Joxean Muñoz confeccionó hace un lustro para que uno de los solares más grandes de la ciudad se transformara en el gran proyecto cultural de Gipuzkoa, de esos que los políticos bautizan como estratégicos.
Hasta septiembre existía unanimidad sobre sus contenidos en el consejo de administración, pero desde hace meses solo las instituciones gobernadas por Bildu "valoran" el plan de Muñoz y "apuestan" por un centro de cultura contemporánea "referente", aunque recuerdan que deben casar "la realidad cultural con la socioeconómica".
Los 21.000 metros cuadrados útiles de los que partía el proyecto original han menguado por los espacios de oportunidad -en los que la prioridad será la rentabilidad- y la cesión de más de 5.000 metros cuadrados a Kutxa para sus actividades en correspondencia con su incorporación como cuarto socio financiero. En el terreno que resta, la directora foral de Cultura, Garazi Lopez de Etxezarreta, asegura la presencia de la Filmoteca Vasca, el Zinemaldia y el Instituto Etxepare. Entienden, sin embargo, que la Biblioteca Nacional de Euskadi, prevista en un principio para Tabakalera, "tendría que ser el Koldo Mitxelena, porque sus fondos ya tienen esa visión de país".
Tabakalera contará con su propia mediateca, a la que la directora de Cultura considera el "cerebro" del proyecto: una biblioteca de distintos soportes, especializada en cultura contemporánea -en la línea del centro de documentación de Arteleku-, que recogerá además la vida cultural del centro, un archivo vivo.
El universo audiovisual prevalece como "uno de los elementos centrales", cuya importancia se significa en la propia presencia del Zinemaldia y la Filmoteca, aunque López de Etxezarreta recuerda que en la época contemporánea las categorías y los sectores se han difuminado, y ve a Tabakalera bajo el paraguas de la cultura contemporánea, como un espacio de creación artística.
El proyecto del ex director general de Tabakalera, que algunos creen que se ha quedado "desfasado" un lustro después, pivotaba sobre cinco ejes -producción, exhibición, reflexión, formación y archivo- y cuatro grandes áreas de contenido (cine, televisión, diseño y arte contemporáneo). Estas ideas se someterán ahora al escrutinio de los sectores culturales. "Es muy importante que preguntemos y sepamos cuáles son las necesidades a las que debe responder Tabakalera", reflexiona Lopez de Etxezarreta.
"La nueva dirección debe modelar el proyecto en un proceso participativo con la sociedad y especialmente con los artistas y la gente de la cultura", indica. Aunque respetan el concepto de Muñoz de la mezcla entre laboratorio y ágora, la alta especialización y la exigencia de calidad, desde la Diputación tienen "claro que debe estar integrado en la sociedad y debe servir para explicar y entender bien la cultura contemporánea". "No se puede convertir en una casa de cultura más -admite- pero es indispensable que entronque con la sociedad", recalca.
Mantienen intactos sus propósitos, enunciados por Muñoz en 2007: "Transformar el panorama cultural, superar los desafíos en la era digital y conectar la cultura vasca e internacional", es decir, una mezcla de cultura y ocio inédita hasta ahora en la ciudad.
La definición del programa está huérfana de director cultural desde 2010. El lunes concluye la recepción de solicitudes para el puesto y el consejo de administración espera encontrar entre el centenar de aspirantes "el perfil competencial global óptimo" que no han hallado en los dos concursos anteriores, que fueron declarados desiertos.
"Confiamos en que hay muchísima gente capacitada para sacar este proyecto adelante en el país. Se ha hablado con gente pero se ha hecho una convocatoria lo más abierta posible" para aproximarse al "ideal" de Muñoz, alguien con un pie en la realidad vasca y otro en la vocación internacional. No es un reto "fácil", admite Etxezarreta, "sobre todo por el desarrollo del proyecto", que ha sufrido "desgaste" y una "cierta sensación de hastío", a la que se quiere "dar la vuelta" con la designación de una persona que sume al "aval" del currículum la compañía de una "disposición valiente" y una "visión clara" de lo que se quiere hacer.
Tabakalera celebrará un nuevo consejo de administración el día 23, pero la directora de Cultura descarta que pueda salir un nombre de esa reunión porque no existe margen de tiempo. Habrá una primera criba, que realizará una empresa privada de recursos humanos, y el proceso de elección se alargará hasta "abril o mayo".
Proceso abierto Quienes vieron en la obcecación del Gobierno vasco en la confluencia con 2016 una excusa para abandonar, temen que la identidad del nuevo responsable de Tabakalera determine la continuidad del Ejecutivo en el proyecto. La Diputación no cree que exista ese riesgo. "Puede que estén en una posición más expectante, pero de ahí a salirse no. Sería un error muy grande por su parte", analizan.
Sobre la elección del director, Lopez de Etxezarreta sabe "a ciencia cierta" que en Bildu no tienen "a nadie en concreto en la cabeza". "Estoy muy tranquila porque es un proceso de selección muy abierto y vamos a estar todas las instituciones. No ha habido un interés político, porque esto es un proyecto cultural que está por encima. Creo que todos tendremos altura de miras", explica.