bilbao. Se cierra un ciclo. Kepa Junkera termina su trilogía de "canciones tradicionales vascas" con Herria. Primero fue Etxea, donde exploró esos temas de la mano de artistas del Estado. Después llegó Kalea para el que se movió hasta Surámerica. Y ahora presenta Herria, su proyecto "más multicultural" para el que ha cruzado el charco hasta Estados Unidos, donde ha tenido la oportunidad de conocer y viajar sin moverse de ese país. Madagascar, Pakistán, Japón y diferentes países de Europa reunidos en Estados Unidos. "He grabado en San Francisco, Los Ángeles, Nueva York, en ciudades muy abiertas, de encuentro. Y quería terminar este proyecto en este tipo de ciudades, de pueblos más universales", contó Kepa Junkera a DEIA, en una entrevista concedida el pasado verano. Para el trikitilari, esta trilogía de canciones tradicionales vascas "es un trabajo a largo plazo que se entenderá con el tiempo. A pesar de estar trabajando con canciones tradicionales, tiene ese punto de innovación que hace falta entenderlo".

La definición que aportó Junkera sobre Herria reunía estas características. "Es un disco libre en cuanto a la forma de afrontar el encuentro musical y humano. Lo que busco es compartir estas canciones tradicionales y lo que significan. Compartir nuestra cultura con gente de otros territorios, de otras visiones".

Para los artistas que participan en Herria supone un doble reto a nivel profesional. Por un lado, se enfrentan a un nuevo trabajo y, por el otro, ese trabajo lo tienen que interpretar en euskera. "En un primer momento se sorprendían cuando les proponía esto", reconocía Junkera, quien subrayaba en la misma entrevista que "se lo toman como un honor". "Para ellos es una gran satisfacción participar en una cultura que muchos conocen y a otros les suena. Poco a poco se involucran más. Miran, rebuscan y les hace mucha ilusión", apuntaba el trikitilari. No es la "perfección en los timbres" lo que se busca si no esa riqueza que aportan los sonidos. Entre los temas que componen Herria destaca Egun da Santimamina, con la letra de Xabier Amuriza y Gabriel Aresti. La especialidad de esta canción radica en que está grabada en euskera con "indios americanos de diferentes tribus y con los descendientes de los vascos, de los pastores vascos, que ahora son americanos".

instrumentos Esta mezcla de culturas en las voces también se ha visto reflejada en los instrumentos utilizados en el disco. "Hay instrumentos standard como el piano o la batería, pero también otros más extraños como el laúd, que es la guitarra árabe, el tambor indio o el ney, que es un tipo de flauta", explicó Junkera, quien añadió que también tendrían hueco instrumentos turcos o griegos, como la lira de Creta.

Este proyecto "embajador", por el que han pasado más de 200 artistas, cierra su ciclo con Herria. "Tengo ganas de acabar. Me ha llevado muchísimos años de trabajo y me apetece disfrutar desde la distancia", sentenció Junkera, que se centrará en los proyectos personales de cara a crear nuevas canciones.

Aunque puede que esta trilogía no haya echado el cierre. La cabeza de Kepa Junkera no para de dar vueltas y en su mente está la posibilidad de lanzar un pack que aglutine a Etxea, Kalea y Herria en el que se podrían incluir fotografías, algo que ya ha hecho con el primero de los trabajos. "Estoy abierto. Por hacerlo, yo encantado. Tenemos muchas fotografías, desde las de Santi Yaniz hasta las de fotógrafos de todo el mundo que son interesantes para un libro".

Quizá estos recuerdos estáticos no sean lo primero que vea la luz si no un documental que recoge al milímetro cada detalle de la grabación de este arduo trabajo. "He grabado todo el proceso en vídeo. A ver si para el año que viene podemos hacer algo", concluyó el músico. De lo contrario siempre le quedará tiempo para componer o afrontar proyectos distintos.