BILBAO. Hacía más de 25 años que una pareja de dantzaris vizcainos no ganaba el Euskal Herriko Dantza Suelto Txapelketa, pero ayer los astros quisieron jugar con el desconcierto y hubo sorpresa en el frontón de Segura. Una pareja de Sestao, la formada por Arkaitz Pascuas y Nagore de las Cuevas, se alzó con el triunfo en una jornada histórica para el baile vizcaino. La sorpresa, de todos modos, se la llevaron los visitantes y los "entendidos", pero no los sestaoarras que se hicieron con el galardón: "Nosotros sabíamos que teníamos muchas posibilidades. Pensábamos que la cosa podía estar entre los hernaniarras Segura y Martiarena y nosotros, y al final hemos ganado nosotros. Estamos encantados", explicaba ayer a DEIA Nagore de las Cuevas.

La jornada del 34 torneo de esta índole resultó todo un éxito de participación y de público, y a media tarde en el frontón Baratze de Segura no cabía ni un alfiler. Participaron diez parejas (ocho de Gipuzkoa y dos de Bizkaia), y aunque no se presentaron los campeones del año pasado (Aitzol Ena y Maite Lazkano), las parejas en liza demostraron estar a un nivel extraordinario. Todos se vaciaron con el fandango (al son del txistu) y con el arin-arin (con acordes de trikitixa), y los jueces decidieron otorgar el premio gordo a los vizcainos. Nagore se mostraba satisfecha porque "todos los jueces han votado a favor nuestro, lo que indica que ha habido unanimidad".

De las Cuevas y Pascuas han ganado un campeonato que se les resistía a los bailarines vizcainos desde hace más de 25 años. Pero la pareja sestaotarra ya avisó hace dos años, cuando se auparon al tercer puesto. La evolución que han tenido estos últimos dos años viene dada por un férreo entrenamiento y por una circunstancia que ayer apuntaba la propia Nagore: "Nos inscribimos en la escuela de danza de Andoni Aresti para estudiar danza clásica, y a partir de ahí ha llegado nuestra mejoría. La mejoría la sentimos en todo el cuerpo".

Arkaitz y Nagore son pareja de baile y pareja real. Bailan en el Salleko Dantza eta Txistu Taldea y además de los ensayos habituales entrenan el fandango y el arin-arin siempre que pueden. "Llevamos trece años bailando juntos, y aunque entrenamos el suelto todas las semanas, cuando se acerca un campeonato nos ponemos las pilas y ensayamos hasta cuatro veces a la semana, dos horas por ensayo. Al final lo que te da nivel es el trabajo. La compenetración se consigue trabajando", constata Nagore, que subraya la importancia de bailar muchos años con la misma persona: "Yo creo que ayuda mucho, por no decir que es imprescindible. Nosotros hemos participado siete veces y después de mucho esfuerzo hemos conseguido compenetrarnos muy bien".