Berlín. El Tacheles, la casa okupa del centro de Berlín convertida en símbolo de la cultura alternativa, desarrolla una campaña internacional para luchar por su supervivencia y aprovecha la ocasión para abanderar un movimiento contra el consumismo y el capitalismo.

Veinte años después de la ocupación del edificio de la Oranienburger Strasse, en el céntrico distrito berlinés de Mitte, la historia sobre artistas, políticos, inversores y bancos sigue su curso en relación con el posible cierre o no del Tacheles. Después de que el propietario del solar entrara en quiebra, su principal acreedor, el HSH Nordbank, le reclama los terrenos donde se levanta la casa cultural, para poder venderlos a inversores interesados en crear un complejo de lujo.

Sin embargo, los artistas del Tacheles no están dispuestos a irse y apelan a la fama adquirida en estas dos décadas y a su filosofía de "crear arte alejado del mercadeo y el capitalismo" para desarrollar campañas que evidencien el apoyo que reciben de la gente. La última iniciativa es I support Tacheles (Yo apoyo al Tacheles), una sencilla campaña consistente en coger un folio en el que pueda leerse esa frase y fotografiarse para después enviarla a la asociación que hará un montaje con todas las recibidas.

Delante de los monumentos más conocidos de diferentes ciudades o sentados en cualquier banco, hombres o mujeres, jóvenes o viejos, solos o en grupo, "todo vale para evidenciar que hay mucha gente que quiere que el Tacheles se mantenga vivo", señala el coordinador de la campaña, el fotógrafo Petrov Ahner.

En el Tacheles, que permanece 24 horas abierto, los turistas pueden entrar en los estudios de los artistas, ver cómo trabajan, charlar con ellos y, en caso de así quererlo, adquirir alguna de las piezas allí elaboradas.