Director. Jed Weintrob. Intérpretes. Angela Bettis, Kirby Bliss Blanton, Devon Graye, Ben Cotton, ChristopherTituss, Brittney Wilson. Sinopsis. La película transcurre en un pueblo de Colorado, donde vivió el enterrador local llamado Ernie Bishop (Ben Cotton), cuya leyenda perdura entre sus víctimas y los lugareños que recuerdan su modus operandi: capturaba jóvenes del pueblo y los llevaba al sótano. Desgraciadamente, un nuevo psicópata emulará las matanzas del conocido asesino y torturador, que busca víctimas para refrendarse como el nuevo emperador del sadismo y la tortura.
SCAR 3D pasará a la historia por concederse el mérito de ser la primera película de terror en rodarse con la misma tecnología de Avatar. La habilidosa estrategia de comunicación ha visto en la polémica de Saw 6, arrastrada al principio a la marginalidad de las Salas X por su alto contenido sádico y sangriento, un loable espejismo en el que compararse. Saw 6 no se estrenó y todo indica que la séptima versión se proyectará en 3D, una oportunidad única para obviar cualquier tipo de censura.
Scar 3D ha utilizado toda la artillería posible en la constitución de la tecnología de moda en Holly-wood, razón suficiente para que se invierta en un proyecto y no en otro. Scar podría haber sido un humilde y contagioso thriller que desenmascarara el autor de las matanzas en serie en un recóndito pueblo de Estados Unidos, pero subvierte el género a una película de terror con dosis paupérrimas de estrés psicológico y terror físico.
Scar 3D plantea una floja puesta en escena con camillas de enfermería miles de veces vistas en otras tantas películas con un psicópata tan torpe, malo y aficionado que dan ganas de adoptarlo para los campamentos de verano. Una película de terror interesante debería creerse la historia que cuenta y configurar malos de cierta entidad. En este filme vemos ciertas desapariciones para que acto seguido nos presenten a los muertos mientras unos inconsistentes flashbacks quieren dar una dimensión escurridiza de terror psicológico, tan ausente en esta película que obliga a cuestionar la naturaleza de su género. Este nuevo proyecto en 3D ha querido llegar a todos los públicos y reducir su dosis de gore y sadismo a escombros que se evaporan en la pesada niebla de una atmósfera que no supera el corte. Hace gracia la enfática y visible comparación entre el padre militar que ha vivido las guerras de su país y la dinámica del nuevo psicópata que emula a su antecesor.
La historia, tan básica y trasnochada, vaticina una película incapaz de satisfacer un desarrollo dramático consistente.