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La soledad de Elorriaga

El actor vasco, que ha optado por trabajar sin representante, regresa al cine con Rabia, la premiada película del ecuatoriano Sebastián Cordero

La soledad de ElorriagaFoto: deia

Bilbao

Hay dos tipos de actores: los que confían su suerte a los representantes y los que deciden emprender una solitaria caminata. Elorriaga es uno de ellos. Desde hace ya unos años el actor vasco negocia directamente con los productores los proyectos que le interesan sin tener que justificarse ante nadie más. "No sé si negocio mejor o peor, pero eso me da mucha tranquilidad", afirma el intérprete de Tesis o La fuga de Segovia. Decidió no tener representantes para despreocuparse de su males mayores: la triangulación. "El productor llama al representante y pasa mucho tiempo hasta que el actor se entera", comenta. Reconoce que seguramente habrá perdido algunos papeles pero ha evitado la presión que ejercen sobre el actor: "Los hay muy buenos, pero como no sé cómo me iría con uno, voy bien así".

En Hollywood sería impensable que un actor fuera muy lejos sin el apoyo y la visión de un representante que tenga buenos contactos y un espíritu negociador. Sobre todo en el nuevo Hollywood. Al inicio de su carrera, Katherine Hepburn no solía pasar por alto las negociaciones y se defendía ella misma. Disfrutaba con el trato directo con los productores de los estudios que se creían por encima del bien y del mal. Ella les bajaba a la realidad.

De todos modos, muchos profesionales como Elorriaga advierten de que los representantes pintan cada vez menos. "Ahora los grandes amos del cotarro son los directores de casting. Son las verdaderas estrellas, los que deciden quién sí y quién no", declara. Por eso, muchas actrices se declaran a sus particulares salvavidas en la galas de los Goya. Belén Rueda le debe su vida a Luis San Narciso, el director de casting más solicitado del momento. Aún así, Xabier Elorriaga ha conseguido hacerse un hueco en varias producciones.

Hasta la opera prima de Alejandro Amenábar su ritmo de trabajo fue "bastante alto" y luego se protegió en varios telefilmes producidos por la catalana TV3. Después vino la aventura italiana con reconocidas participaciones como La memoria é il perdono. "En Italia han tenido una audiencia enorme, pero aquí no se han visto, solamente en Cataluña gracias a TV3", reconoce. Otra vez Cataluña. En la Universidad Autónoma de Barcelona ejerció de profesor de televisión durante diez años y ha tenido una indudable influencia en su carrera.

un lujo La próxima semana estrenará Rabia, una premiadísima película de Sebastián Cordero (Quito, 1972), obsesionado con el universo sofocante que escenifican las ratas. Su opera prima Ratas, ratones y rateros ganó doce premios internacionales y fue un hito en su país natal.

En su tercer largometraje vuelve a la carga con unos personajes que funcionan como sombras. El protagonista, Gustavo Sánchez Parra, vive escondido en la vivienda de su amada, una criada de los señores Torres. Su única compañía son, cómo no, las ratas.

Elorriaga interpreta a Edmundo Torres, un "medio fantasma" que convive con Elena (Concha Velasco) y Rosa (Martina García). El director quería exprimir la sensación de angustia de los personajes, por lo que optó por hacer desaparecer en el montaje muchos de los planos en los que aparecían.

A Elorriaga le gustó muchísimo el guión así como las películas previas del director. Le entusiasmó la idea de trabajar con el director de fotografía Enrique Chediak (28 semanas después) y el director artístico Eugenio Caballero (Oscar por El laberinto de Fauno). La película se rodó en Bidegoien, cerca de Tolosa en un caserón muy bien situado. "A unos 50 metros había un excelente mesón donde comíamos comida casera vasca", afirma el actor vasco. Un lujo más.

Está orgulloso de haber participado en una "buena película" en el que la denuncia social no es lo primordial sino el retrato de los espectros fantasmagóricos de los cuestionados personajes.

proyectos La actividad de Xabier Elorriaga no cesa. Presente en la exitosa serie de televisión Águila roja, sueña con una saga larga para televisión sobre una parte de la historia de nuestro país: las minas. En su época de profesor universitario, fue una de las voces que creía que la creación de la televisión pública vasca necesitaría un modelo descentralizado entre los tres territorios históricos. Pero ETB eligió un camino propio. Como él, que compagina su faceta de actor exquisito y certero con el ejercicio del periodismo. Coordina la revista de AISGE (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión).